EL CEREBRO
HEMISFERIOS CEREBRALES Los hemisferios cerebrales forman la mayor parte del encéfalo y están separados por una misma cisura sagital profunda en la línea media: la cisura longitudinal del cerebro. La cisura contiene un pliegue de la duramadre y las arterias cerebrales anteriores. En la profundidad de la cisura, una gran comisura: el cuerpo calloso, conecta los dos hemisferios a través de la línea media. Para aumentar el área de la superficie de la corteza cerebral al máximo, la superficie de cada hemisferio cerebral forma pliegues o circunvoluciones que están separadas por surcos o cisuras. Para facilitar la descripción se acostumbra a dividir cada hemisferio en lóbulos que se denominan de acuerdo a los huesos craneanos debajo de los cuales se ubican. Los surcos central y parietoccipital; lateral y calcarino son limites utilizados para la división de los hemisferios cerebrales en lóbulos frontales, parietales, temporales y occipitales. El lóbulo frontal ocupa el área anterior al surco central y superior al surco lateral. El lóbulo parietal se ubica por detrás del surco central y por arriba del surco lateral. El lóbulo occipital se ubica por debajo del surco parietoccipital. Por debajo del surco lateral se ubica el lóbulo temporal. Los extremos de cada hemisferio se denominan a menudo polos frontal, occipital y temporal. Dentro de cada hemisferio hay un centro de sustancia blanca que contiene varias masas grandes de sustancia gris, los núcleos o ganglios de la base. Un conjunto de fibras nerviosas (abanico) denominado corona radiada converge en los núcleos de la base y pasa entre ellos como la cápsula interna. La cavidad presente dentro de cada hemisferio se denomina ventrículo lateral. Los ventrículos laterales se comunican con el tercer ventrículo a través de los agujeros interventriculares. Al contrario de la médula espinal, el encéfalo está compuesto por un centro de sustancia blanca rodeado por una cobertura exterior de sustancia gris. Sin embargo algunas masas importantes de sustancia gris se ubican profundamente dentro la sustancia blanca. Dentro del cerebelo, los núcleos cerebelosos de ustsancia gris y dentro del cerebro los núcleos talámicos, caudado y lenticular de sustancia gris. La sustancia blanca situada por debajo de la corteza está formada por axones mielinizados que se extienden en tres direcciones principales: CORTEZA CEREBRAL La corteza cerebral forma un revestimiento completo del hemisferio cerebral. Está compuesto por sustancia gris y contiene aproximadamente 10.000 millones de neuronas. El área de superficie de la corteza está aumentado por su plegamiento en circunvoluciones separadas por cisuras o surcos. El espesor varía de 1,5 a 4,5 mm. Es más gruesa sobre la cresta de una circunvolución y más delgada en la profundidad del surco. La corteza cerebral al igual que la sustancia gris de cualquier otro sitio del SNC consiste en una mezcla de células nerviosas, fibras nerviosas, neuroglia y vasos sanguíneos.
CÉLULAS NERVIOSA DE LA CORTEZA CEREBRAL Los vértices están orientados hacia la superficie pial de la corteza. Una gruesa dendrita va hasta la piamadre y emite ramas colaterales. Las neuritas poseen espinas dendríticas para las sinapsis con otras neuronas. El axón nace de la base del cuerpo celular y termina en las capas más profundas o entra en la sustancia blanca como fibra de proyección, asociación o comisural.
CAPAS DE LA CORTEZA CEREBRAL Se dividen por densidad y disposición de las células en: No todas las áreas de la corteza cerebral poseen seis capas. Aquellas áreas de la corteza en las cuales no puede reconocerse las seis capas básicas se denominan heterotípicas en oposición a la mayoría que es homotípica.
Plantas estimulantes de la circulación
cerebral:
La asimetría cerebral: ¿un cerebro o dos hemisferios? Nuestro cerebro muestra un lado izquierdo y un lado derecho; dos mitades definidas y exactamente iguales. ¿Pero ejercen las mismas funciones? Antiguamente ya se conocía el hecho de que el cerebro tuviera dos mitades. Hasta el siglo pasado se creía que ambas mitades tenían las mismas funciones y que cada mitad controlaba la mitad contraria del cuerpo de idéntica manera. Pero es al describirse la función del habla, regida por el hemisferio izquierdo unilateralmente, cuando los investigadores se dan cuenta de que la idea de los contrarios no es exactamente así. El hemisferio izquierdo se encarga del paso de lo complejo a lo sencillo, de esta manera diríamos que es el portador de la lógica, pudiendo resolver problemas matemáticos, por ejemplo. También es el que hace posible el habla, y por lo tanto el paso de lo sencillo, los sonidos, a lo complejo, las palabras: el habla propiamente dicha y la escritura. En ambos casos, tanto de lo complejo a lo sencillo como al contrario, elige siempre dentro de una lógica y unos “programas” como si de un ordenador se tratase, previamente establecidos. El hemisferio derecho no se encarga de la comunicación verbal, sino de la información visual: domina el lenguaje de la mímica, la sonrisa y la mirada. Es capaz de darse cuenta de las intenciones que subyacen detrás de un discurso, percibiendo mensajes como la expresión de la cara, la sinceridad de quien nos habla, su actitud frente a nosotros, sus gestos, confiados o nerviosos y muestra a su vez nuestra verdadera actitud y estado de ánimo. Cuando una persona sufre una lesión en el hemisferio derecho, puede perder la capacidad de emitir y entender la comunicación no verbal. A la información visual le debemos la comprensión espacial, que supone trabajar con formas y volúmenes, y por esto, todas las artes, así también la capacidad de crear y disfrutar de los ritmos y melodías, además de cantar. Se han dado casos en que una persona padece una lesión en el hemisferio izquierdo y pierde la capacidad del habla; curiosamente, en muchos casos, conserva la capacidad de cantar. Digamos que el hemisferio izquierdo tiene una estructura más rígida, mientras que la estructura del hemisferio derecho es más laxa y difusa, relacionando conceptos sin seguir normas concretas y repetitivas. Así pues, al hemisferio derecho le debemos la capacidad de asociar imágenes, o sea, de imaginación. ¿Qué pasa con las emociones? En un experimento se durmió, usando una anestesia especial, uno de los dos hemisferios. Las reacciones fueron las siguientes: mientras el hemisferio derecho mostraba desesperación, tristeza, miedo al futuro y preocupación por los demás y uno mismo, el hemisferio izquierdo mostraba indiferencia por el futuro, bienestar, euforia y ataques de risa. Podemos suponer que la sensación de control de lo conocido tranquilizaba al hemisferio izquierdo, mientras que el libre albedrío para asociar todas las imágenes de posibilidades de futuro, se traducía en catástrofe para el hemisferio derecho. La idea de que el hemisferio derecho controla la parte izquierda del cuerpo y que el hemisferio izquierdo controla por ende, la parte derecha del cuerpo, es correcta, pero cada parte a su manera, esto es por lo que nuestro cuerpo no es simétrico. Observemos el rostro ¿es simétrico? Las dos mitades de nuestro cerebro están conectadas por gruesos haces de fibras nerviosas que comunican los hemisferios de manera bidireccional pieza a pieza, memoria con memoria, sensación con sensación. Es gracias a la información que envían los sentidos que estas dos mitades se mantienen al corriente y sincronizadas entre sí. Otro experimento que se realizó con un enfermo que tenía seccionadas las fibras nerviosas que conectan los dos hemisferios, consistió en mostrarle una fotografía de su madre. En el hemisferio derecho se le preguntaba si la conocía, y respondía que sí, pero no lograba identificarla, pues para eso necesitaba consultar en su hemisferio izquierdo los datos que tenía almacenados. Tanto el hemisferio derecho como el izquierdo tienen sus propios aprendizajes y memorias, pero están constantemente conectados y actúan de una manera cooperativa. Por eso, aunque hablemos de dos hemisferios con sus funciones propias y sus atribuciones, recogidas a través de los sentidos, en efecto, funcionamos con un solo cerebroTEMAS ASOCIADOS Si lo desea también puede desplegar el siguiente
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