La casa de paja

CAPÍTULO 4: TRABAJAR CON FARDOS DE PAJA

La paja fue un importante recurso en las comunidades tradicionales y una forma de construcción de las paredes antes de la llegada de los modernos equipos de embalaje.

Muchas variedades de paja han sido utilizadas para distintos aspectos de la edificación, la más utilizada siempre ha sido la que se ha producido en la zona. Arroz, trigo, centeno y lino (la paja de estos cereales) son particularmente apropiados para la construcción, aunque también se pueden utilizar otras como cebada, avena...

El arroz tiene un alto contenido de silicio, que lo hace muy resistente a las inclemencias del tiempo, pero también es más difícil o duro trabajar con él en la construcción.

Muchos de estos tipos de paja han sido también utilizados en la construcción de tejados,

Muchas casas, escuelas y edificios comerciales de Nebraska fueron construidos con heno, pero la paja es mejor, es más fácil de secar y quitar las semillas.

EMBALAR

Es casi un arte. Si puedes elegir el origen de los fardos, todavía mejor, hacer que te los embalen para ti, podrás conseguir fardos más uniformes y de mayor calidad. Tan importante como hacer los fardos es la manera de recoger la paja y la cosecha. Por ejemplo, la recogida con cosechadora está más golpeada y es más corta. El mejor libro sobre este tema es La cosecha del heno y de/forraje de la Compañía John Deere.

Hacer un fardo no es difícil, pero puede ser frustrante para los principiantes, es importante aprender de un experto cuanto tensar, cómo cortar, etc... A menudo, se necesitan medios fardos, se pueden cortar a mano o también se pueden mandar cortar a quien hace y vende los fardos. Algunos fabricantes de fardos los hacen pequeños, de hasta 12 pulgadas, esto requiere más trabajo, por lo tanto, resultan caros.

Los fardos vienen atados con alambre de embalar o con ataduras de polipropileno (cuerdas). Se han construido estructuras con los dos tipos y parece que no hay diferencias estructurales entre ellos, excepto que el de cuerdas es más fácil de modificar, sólo requiere de un cuchillo o unas tijeras para cortar las cuerdas. Es más fácil y más seguro hacerlo con cuerdas que con alambres. Lo mejor para la construcción es utilizar solamente fardos suficientemente compactos.

Aunque la excesiva compresión reduce el aislamiento, poca tensión hace que los fardos sean tambaleantes y muy blandos.

Una embaladora mecánica puede regular la compresión de los fardos (25 0-500 libras funcionan bien en una embaladora New Holland). Al comprar fardos es difícil conseguir la compresión requerida a no ser que lo negocies con la persona encargada de hacer los fardos. Una simple prueba del estado de New México para ver si sirve para las paredes que no sean de la estructura de la casa, es que tenga la suficiente compresión para mantenerse intactos cuando se elevan con una cuerda o alambre de embalar.

Los fardos se pueden comprar en almacenes de alimentación, centros ecuestres u organizaciones de granjeros.

Los fardos se dividen por tamaños. Los más comunes son el pequeño de dos cuerdas y el mediano de tres cuerdas. Además de estos fardos pequeños hay otros grandes, rectangulares y redondos que sólo se pueden mover con equipo especial.

Esos fardos grandes han sido utilizados para construir cobijos temporales para animales y aperos.

Mientras que los fardos de dos y tres cuerdas se utilizan para la construcción de edificios residenciales y de servicio público. Cuando los fardos se hacen para transportarlos a grandes distancias es mejor que se utilicen los de tres cuerdas ya que son más densos, ofrecen mayor estabilidad y aislamiento que los de dos cuerdas aunque estos últimos sean más fáciles de manejar.

Algunas zonas del país tienen un buen aprovisionamiento de paja durante todo el año, __ mientras que en otras sólo la pueden conseguir al final de la temporada, antes justo del siguiente corte. Lo mejor es conseguir los fardos muy pronto en el proceso de diseño de la casa, para que las medidas encajen perfectamente; es enojoso haber diseñado un edificio para fardos de 42 pulgadas y no encontrar más que fardos de 46 pulgadas. Es también prudente verificar la disponibilidad de los fardos antes de comenzar la construcción.

Para determinar el tamaño medio de los fardos, tumba 10 de ellos, elegidos al azar, alinéalos y mide la largura total, después, divide entre diez para tener la largura media.

Haz lo mismo para la altura: pon los fardos amontonados en dos pilares tan altos como puedas contra la pared, y mídelo para determinar el tamaño medio. Usa medidas ligeramente más largas para los módulos de los fardos para encajar así las diferencias en la construcción. Es mucho más fácil rellenar huecos o rendijas que hacer cantidad de fardos por encargo. Hacer fardos de diferentes tamaños para diferentes aplicaciones puede ser muy útil, sobre todo los fardos pequeños, que se pueden utilizar para el interior al dar mayor flexibilidad al diseño de paredes.

Para reducir la anchura de los fardos y conseguir tener cada lado cuidadosamente cortado, el canadiense Louis Gagné realizó modificaciones. La paja compacta disminuyó su anchura de 500 mm a 350 mm, y paredes hechas de placas de acero se añadieron a las recámaras.

Los nuevos fardos modificados resultaron extremadamente efectivos, eran rectos, planos y con un buen acabado, se reducía así el trabajo para la construcción de las estructuras. Otro adelanto era que se eliminaban los pliegues de la paja en un lado de los fardos, creando superficies muy bien enyesadas a ambos lados de los fardos.

CONTENIDO DE HUMEDAD

La humedad ideal de los fardos es de menos del 14% (como porcentaje de “peso seco”) pero, en Nuevo México, se acepta el 20% como estándar aceptable.

Demasiada humedad es peligrosa, tiene que estar por debajo del umbral de la actividad biológica que produce la descomposición, que es generalmente del 14% al 16%; hay que proteger los fardos mientras se construye la estructura, no permitiendo que se humedezcan y. si se humedecen, asegurando su secado. Hay dos razones importantes para preocuparse de la humedad de los fardos para la construcción.

La primera, es asegurarse de que no estén tan húmedos como para tener problemas con la podredumbre.

La segunda está en relación con el cálculo de la densidad de los fardos. La densidad de los fardos se puede calcular pesando y midiendo los fardos y calculando el número de libras por pie cúbico.

Sin embargo, silos fardos contienen agua, la densidad aparente será mayor que la densidad real. Aunque una inspección visual suele se suficiente para calcular si los fardos están secos o no para su utilización, para paredes que sostengan pesos es mejor utilizar algún método más seguro.

Medidores de la humedad de los fardos se pueden conseguir en Santa Fe, Nuevo México. Se puede hacer también cogiendo muestras de los fardos, ponerlos en un lugar sellado, pesarlo, secano y volverlo a pesar para calcular así el contenido de humedad.

Este porcentaje puede ser usado para ajustar la densidad determinada por pesar y medir los fardos.

Se está inventando un instrumento para medir la compresibilidad real de los fardos en el campo.

Una vez que haya sido desarrollado, probado y hecho asequible debería eliminar la necesidad de realizar pruebas de humedad excepto para determinar si los fardos están 10 suficientemente secos para ser enyesados o encerrados. Las investigaciones para poder determinar el contenido de humedad equilibrado de la paja a diferentes temperaturas y humedades relativas han sido limitadas.

CARACTERÍSTICAS DE LOS FARDOS

FARDOS DE DOS CUERDAS

14 a 16 pulgadas de alto

18 pulgadas de ancho

35 a 40 pulgadas de largo

35 a 65 libras (peso en seco)

Valor-R (de resistencia al fuego) de 43.2 (situado horizontalmente)

Valor-R 42 a 48 (situado verticalmente)

FARDOS DE TRES CUERDAS

14 a 17 pulgadas de alto

28 pulgadas de anche

43 a47 pulgadas de largo

60 a 90 libras (peso en seco)

Valor-R 52,2 (en horizontal)

Valor-R 42 a 51 (en vertical)

Como se puede ver en los dibujos, los fardos tienen tres medidas diferentes: altura, anchura y largura. Cuando la parte más ancha, o anchura, se pone paralela al suelo, se dice que está situado en horizontal. Cuando el más estrecho de los dos lados está puesto paralelo al suelo, se dice que está apoyado en vertical.

ALMACENAJE DE LOS FARDOS

Los fardos se deben mantener secos, antes, durante y después de la construcción. Tienen que ser almacenados fuera de la tierra, preferentemente en jergones, para que no absorban la humedad del suelo, y cubiertos con lonas alquitranadas de buena calidad para protegerlos de la lluvia.

Los plásticos y lonas baratas se pueden romper o agujerear, y esto haría que penetrase la humedad. Un buen método de protección es cubrir primeramente el montón con plásticos para hacerlo impermeable y posteriormente con lona. Es conveniente poner algo pesado, como ladrillos o bloques de cemento, en las puntas de las cuerdas que aten las lonas que cubren el montón de fardos, ya que el fuerte viento puede levantar dicha lona.

La lona también sirve para cubrir la pared durante la construcción, aunque no se espere lluvia, para así mantener secos los fardos.

Los fardos húmedos deben de almacenarse en filas más que en montones compactos para acelerar el secado y prevenir posibles problemas de combustión espontánea.

MANIPULACIÓN DE FARDOS DE PAJA

Los fardos de paja son fáciles de mover y de amontonar. Dos personas trabajando juntas reducen el esfuerzo y aceleran el trabajo. Los fardos de paja pueden ser abrasivos, así que, son altamente recomendables las camisetas de manga larga y los pantalones largos, también máscaras para el polvo, que suele ser intenso. Los guantes y ganchos para heno son también muy útiles. El secreto para levantar y mover los fardos es usar el peso del cuerpo en el momento más que utilizar la fuerza muscular. Cargar un camión a mano nos hace ver porqué estas operaciones se realizan ahora mecánicamente. Una carretilla es muy útil para mover los fardos no muy lejos. Un pequeño tractor con una pala frontal puede agilizar mucho el trabajo.

MODIFICAR FARDOS

Los fardos grandes pueden ser modificados a cualquier otro tamaño. Pero antes de cortar los nudos y para que el fardo no se deshaga, tiene que ser apretado y anudado otra vez.

Para modificar fardos se necesita un separador de fardos de polipropileno (en general, es mucho más fácil usar un hilo trenzado separador de polipropileno que un alambre para fardos).

Puede fabricarse una aguja de un trozo de varilla de acero de un diámetro de 5/16 de pulgada y 3 pies de largo. Una punta de la varilla se acabará aplanada y afilada en punta. Dos agujeros perforados cerca de la punta de aproximadamente 1/4 de pulgada de diámetro. La otra punta puede ser doblada en un ángulo de 90 grados para tener un agarradero de unas 6 pulgadas de largo.

Uno de los métodos más simples para modificar los fardos fue desarrollado por Jon Ruez, que construye muchos edificios de paja en el sur de Arizona.

• Determinar el tamaño de los fardos que se necesitan. Después, marcar el fardo cerca de cada uno de los nudos en el punto donde tiene que ser dividido. Tienes que cambiar de sitio los nudos originales antes de ser cortados.

• Calcula la longitud de hilo que necesitas. Haz esto enhebrando el hilo en la aguja y poniendo la aguja a través de la parte de arriba del fardo en el punto donde quieres dividirlo. El hilo tiene que ser suficiente para que rodee el nuevo fardo dejando suficiente para hacer un nudo al final y que continúe empujando suficientemente para rodear la sección que queda del fardo.

• Insertar la aguja en el punto donde el fardo será dividido, al lado del nudo, y empujar la aguja hasta el otro lado del fardo, intentando que vaya recta y no se tuerza; llevar la cuerda otra vez hacia el punto donde se insertó la aguja, separar los dos trozos del hilo (una libre y otra volviendo al inicio) manteniendo el curso del trozo de hilo que sale a la derecha o a la izquierda del otro lado del fardo. Esto se puede comprobar empujando una pieza hacia atrás y hacia adelante para determinar qué parte del nuevo fardo debería envolverse. El objetivo es evitar enroscar las dos cuerdas y que se queden enlazadas y tirar de ellas en dos direcciones distintas rodeando los fardos hacia el punto donde emerge la aguja.

• Cortar la cuerda en la aguja, después de comprobar que es suficientemente larga para rodear el nuevo fardo y dejando para hacer un lazo al final de una punta, y la otra punta atravesar la lazada y apretar fuerte.

Entonces, coge otro trozo de hilo y repite el proceso cortando el hilo del rollo después de comprobar que es suficientemente largo para atar el lazo en una punta y la otra punta atravesar la lazada y apretar anudando. Dos simples nudos son suficientes. Es importante que los nuevos nudos estén tan prietos como los originales para mantener los fardos igualmente compactos.

• Enhebrar otra vez la aguja y repetir el proceso en los nudos que quedan. La mayoría de los fardos no tienen que ser cortados, sino que son fáciles de separar. Cuando el último nudo ha sido repuesto, se corta el nudo viejo y los dos nuevos fardos modificados se separan.

La modificación manual suele ser suficiente, pero para una producción muy grande se puede organizar una plantilla de compresión para asegurar tamaños uniformes.

Intentos de hacer fardos a medida de paja de arroz fueron difíciles en un principio, ya que los tallos de la paja fueron comprimidos en alineación. Los nuevos fardos no son fáciles de separar cuando el hilo se corta, cada parte del fardo tiende a empujar paja de la otra mitad. Hay que tener en cuenta esto antes de dividir los fardos. Serrar por la mitad del fardo antes de dividirlo resulta una buena idea.

Los fardos pueden cortarse también con una sierra, tanto mecánica como manual.

También pueden cortarse con el tradicional machete, o con un cuchillo de cocina muy afilado.

Los fardos también se pueden modificar para formar ángulo o cuña para las puertas y ventanas, para más detalles en la modificación para puertas y ventanas ver capítulo 7.

A menudo, los fardos se tuercen o inclinan al colgarlos y deben ser enderezados.

Poniendo otro fardo o alguna cosa para apoyar una parte del fardo, una presión de la mano o de la rodilla suele ser suficiente para enderezar el fardo. La misma sencilla técnica puede utilizarse para curvar los fardos para estructuras redondas.

Capítulo anterior - Capítulo siguiente

Volver alíndice de La casa de paja - Volver al índice de Biohábitat