Se
trata de una molestia que se caracteriza por el aumento de la presión
dentro del ojo.
Las
causas suelen ser debidas a microbios o toxinas, y muchas veces esta dolencia
va unida a reumatismos, sífilis, tuberculosis, hipertensión
o hidropesía.
Produce
un fuerte dolor en el ojo y en la cabeza a veces, disminuyendo la vista.
La
glaucoma puede producir ceguera
si
no se trata a tiempo.
Tratamiento
-
Además
de consultar a un buen oculista, debe practicarse un régimen de
alimentación crudívoro, acompañado de frutas y ensaladas
y tisanas que purifiquen la sangre.
RECETA
Por Joan Sisa