L A   M E D I C I N A   N A T U R A L   A L   A L C A N C E   D E   T O D O S

F I T O T E R A P I A   P A R A   C A D A  D O L E N C I A
C Á N C E R
     

Si existe una enfermedad que además de imponer respeto y causar temor, crea diversas polémicas entre las diversas medicinas existentes, es el cáncer. Sólo en España se diagnostican unas 130.000 personas de cáncer cada año, de las cuales unas 70.000 fallecen. Así mismo cabe destacar que unas 800.000 personas en España han recibido un tratamiento oncológico, llegándose a curar unas 450.000 personas de diversos tipos de cáncer.
El cáncer no es una enfermedad de nuestros tiempos como así lo demuestran antiguos informes biblioráficos, exámenes en momias egipcias y animales fosilizados, lo que demuestra que el cáncer no es una enfermedad que afecte exclusivamente al ser humano. Ciertos oncólogos consideran las enfermedades cancerosas como una evolución errada ("misevolution") de los seres vivos. Ya hace algunos años se descubrió la presencia de unos genes (oncogenes) en nuestras células, que de activarse originarían ciertos tumores malignos. No en vano, uno de sus descubridores sostenía que "el enemigo está en nuestro interior". Estos genes si no son activados por determinados agentes químicos o bien por agentes físicos externos o internos, no actúan.
Estadísticamente sabemos que en los países occidentales, después de las enfermedades cardio-circulatorias, el cáncer constituye las segunda causa de mortalidad por desgracia en aumento en las últimas décadas. Dentro de los diversos tipos de cáncer, los de mama, colon y leucemia han mantenido el número de casos, mientras que los de estómago y aparato genital femenino han disminuido. Pero sin embargo el cáncer de pulmón, del cual el tabaco es responsable en un 84%, ha aumentado en las últimas décadas considerablemente. En personas mayores de 65 años, el cáncer es una enfermedad muy común afectando a una tercera parte de dichas personas.

¿Qué es el cáncer?
Las células que componen nuestro organismo poseen formas, estructuras y diferentes funciones. Ciertos mecanismos biológicos controlan rigurosamente su crecimiento y multiplicación, evitando que pongan en peligro su subsistencia y la de los tejidos y órganos cercanos. Un tumor es una masa de aspecto sólido, la cual es debida a la proliferación exagerada (neoplasia), de células de un tejido orgánico, que persiste y tiene tendencia a crecer. Se denomina tumor benigno cuando se desarrolla sin invadir los tejidos vecinos, sin generar metástasis (diseminación a distancia). Este tipo de tumor no suele recidivar después de ser extirpado o destruido. Sin embargo, cuando las células se vuelven cancerosas, y su morfología varía alterándose los mecanismos normales de crecimiento de las propias células, entonces ya no se comportan como elementos de una comunidad ordenada, sino que invaden los tejidos vecinales y multiplicándose desordenadamente. De ahí la palabra "cáncer": que simula su forma de expansión como las extremidades y las pinzas de un cangrejo (en latín "cancer")
La malignidad no reside tanto en el tumor primario, sino en las posibilidades regenerativas de metástasis, agrupaciones de células malignas que supuestamente proceden del tumor primario que, por vía sanguínea o linfática, pueden llegar a alcanzar órganos como el hígado, huesos o ganglios linfáticos desarrollando ahí nuevas tumoraciones que ensombrecen el pronóstico. Los tumores malignos, al contrario de los benignos suelen volver a aparecer después de su extirpación o destrucción. Durante su fase inicial de crecimiento no son nada fácil de detectar, pudiendo pasar varios meses o incluso años antes de alcanzar el peso equivalente a 1 gramo o 1 cm de diámetro y poder ser detectado al simple tacto, en una radiografía, en una endoscopia o en una gammagrafía. Es por ello que muchas personas con un cáncer maligno no presentan signos o síntomas de alarma, sirviendo en estos casos prestar atención a ciertas anormalidades, que si bien no ocasionan grandes molestias, se manifiestan de una forma persistente.

Signos y síntomas principales dignos de una atención personal

  • Sensación de debilidad y etapas de fiebres ligeras pero persistentes
  • Inapetencia  con deglución, digestión dolorosa y dificultosa
  • Tos y ronqueras persistentes
  • Lesiones y heridas cutáneas que no cicatrizan
  • Engrosamiento o abultamiento anormal de una mama o en otras partes del cuerpo
  • Alteración de un lunar o aumento de tamaño de una verruga que duele o sangra anormalmente
  • Cambios bruscos en la defecación como estreñimiento alternado con diarreas
  • Dolor al orinar, dificultad o cambio de aspecto de la orina
  • Hemorragias o secreciones anormales
  • Pérdida de peso. Uno de los síntomas más frecuentes y conocidos en los pacientes de cáncer. Ello es debido a que muchos tumores son muy activos metabólicamente consumiendo gran cantidad de energía, lo cual se traduce en una gran captación de glucosa, que es un combustible energético esencial de las células humanas, y de aminoácidos, que toman de la sangre y de la masa muscular, todo ello provocando en el individuo afectado un adelgazamiento excesivo y un debilitamiento progresivo.

El cáncer en el hombre y en la mujer
Cualquier parte de nuestro organismo está expuesta a padecer cáncer, aunque sin embargo existen algunas localizaciones que son más frecuentes que otras. Veamos la siguiente tabla

 

ÓRGANO % EN EL HOMBRE % EN LA MUJER
Cerebro y médula espinal 2% 1%
Boca, labios y lengua 3% 1,5%
Garganta 1% Glándula tiroides: 1,5%
Laringe 2% -------------
Esófago 1,5% Mama: 29%
Pulmón 25% 11%
Hígado y conductos biliares 1,5% 1,5%
Estómago 3% 2%
Páncreas 3% 3%
Riñón 3% 3%
Colon y recto 15% 16%
Vejiga 7% 2,5%
Próstata 15% Ovarios: 4%
Testículos 1% Útero 10%
Piel (melanoma maligno) 3% 2,5%
Linfomas y mielomas 6% 5%
Leucemia (leucositos) 3% 2,5%
Otros cánceres 7% 8%

Las diversas terapias contra el cáncer
Mucho se ha escrito respecto al cáncer y las diversas terapias tanto para combatirlo como para prevenirlo. Por desgracia también se han aprovechado de esta grave enfermedad curanderos y grandes laboratorios, los unos con sus falsos tratamientos esotéricos y los otros comercializando medicamentos que no solo no ayudan en el cáncer sino que además generan una serie encadenada de contraindicaciones y alteraciones en el organismo. Sería bueno recordar aquí las palabras del Dr. Lettre de la Universidad de Heidelberg: "En la lucha contra el cáncer no se va a llegar a encontrar nunca una medida definitiva que consiga vencerlo de una forma generalizada. Ésta se va a desarrollar en forma de "guerra de trincheras", en la que tendremos que luchar palmo a palmo en muchos frentes a la vez".  Describimos pues las terapias existentes para que el lector juzgue y conozca cada una de ellas

Quirúrgico
Sin lugar a dudas no podemos negar que hoy en día la extirpación del tumor y parte del tejido sano del entorno es uno de los métodos más efectivos en el tratamiento del cáncer. Esta es la primera opción a elegir siempre y cuando el tumor esté bien localizado y no se haya propagado. Por ejemplo muchas veces se extirpa un ganglio linfático del entorno y luego se analiza para ver si existe metástasis, es lo que se denomina una biopsia. La extirpación ganglionar puede ocasionar problemas posteriores en la circulación linfática de la zona afectada. Debido a que la extensión del tumor no siempre puede ser bien apreciada por el cirujano, el tumor maligno supuestamente extirpado puede reaparecer o incluso desarrollar metástasis en otros órganos ensombreciendo el pronóstico.

Radioterapia
La radioterapia está basada en el empleo de radiaciones ionizantes determinadas cuyo objetivo o fin es causar alteraciones en las células cancerosas de tal manera que terminen por sucumbir. Al igual que ocurre en la quimioterapia, los efectos destructores de la radioterapia se producen en mayor medida en las células que se dividen, es decir, en aquellas que se multiplican con mayor rapidez, como sucede precisamente en las células cancerígenas, pero con el inconveniente que desgraciadamente también afecta a las células sanas que poseen la misma propiedad. Ante la radioterapia las células cancerosas tienen más dificultad en recuperarse. Para perjudicar lo menos posible los tejidos sanos del entorno suelen emplearse pequeñas dosis de forma repetida. Dependiendo de la zona irradiada y de las dosis, los efectos secundarios son bastantes frecuentes, tales como náuseas, vómitos, diarreas, sequedad e irritación de las mucosas (garganta, vejiga, etc...), lesiones cutáneas tardías, deglución dificultosa, caída del cabello...Así mismo por desgracia y al igual que en la quimioterapia, la radioterapia puede favorecer la aparición de un nuevo cáncer en la zona irradiada, al cabo de un cierto tiempo

Quimioterapia
El uso de químicos con fines terapéuticos es práctica frecuente en la medicina alopática, pero el nombre de quimioterapia se reserva al tratamiento farmacológico del cáncer. Existen diversos fármacos con características citostáticas y citotóxicas, es decir que frenan el crecimiento o destruyen las células tumorales de carácter maligno. Pero el problema radica en su poca especificidad, afectando de forma generalizada a las células del cuerpo que crecen y se dividen con rapidez. Este fenómeno que es característico de las células cancerosas se da también en algunos tipos celulares propios del organismo como pueden ser las células generadoras de los elementos formes de la sangre (médula ósea), las células de la mucosa gastrointestinal o las de los folículos pilosos. Se entiende pues de lo dicho que la aparición relativamente frecuente en los pacientes tratados por estados anémicos, hematomas, hemorragias, debilitamiento del sistema defensivo-inmunitario, lo que proporciona sensación de debilidad y facilita la aparición de infecciones (necesidad de hacer análisis de sangre con frecuencia). Otros efectos secundarios también de la quimioterapia son náuseas, vómitos, caída del cabello, afectación hepático-renal, etc. De hecho, muchos de estos fármacos son cancerígenos en sí mismos, por lo que un paciente supuestamente curado presenta un mayor riesgo de padecer un nuevo cáncer al cabo de un tiempo. Este riesgo se acrecienta si se ha combinado la quimio con la radioterapia. Determinados tipos de cáncer, especialmente en los órganos sexuales, se combaten con fármacos de acción hormonal. El inconveniente son los efectos secundarios que presentan: feminización en el varón o masculinización en la mujer. Se habla mucho últimamente de la edelfosina, un fármaco que induce a las células cancerosas a autodestruirse (apoptosis) sin afectar a los tejidos sanos del individuo. Este fármaco se está experimentando en animales y en un futuro próximo se espera su utilización en el ser humano.

Terapia biológica
En los últimos tiempos las terapias y remedios que forman parte de un enfoque terapéutico diferente, asociándose en algunos casos con la medicina naturista no convencional, alternativa, etc. Si bien muchos remedios contra el cáncer han caído en el olvido con el paso del tiempo, algunos siguen usándose desde hace mucho tiempo precisamente porque sobre estos remedios populares existen numerosos estudios clínicos y de laboratorio que demuestran su efectividad siempre que sean utilizados y aplicados de una forma correcta y adecuada.
El principio básico de la terapia biológica parte del concepto de que no hay que considerar a la enfermedad tumoral maligna como únicamente una enfermedad local ya que de ser así nos bastarían los métodos académicos radicales como cirugía, radioterapia, quimio, etc de los cuales hemos hablado de sus procedimientos anteriormente. Los frentes más importantes hacia los que se encaminan los métodos biológicos son:

  • Aplicar un efecto destructor directo sobre las células cancerígenas, sin afectar o de forma poco significativa, a las células sanas del organismo. Estos efectos en general son menos destructores que los convencionales, pero con la particularidad de que sus efectos secundarios son mucho menores.
  • Ejercer un efecto destructor indirecto de las células cancerosas, activando y reforzando diversos mecanismos del sistema inmunológico del organismo que trata de afrontar y combatir la presencia de las células malignas.
  • Prevenir la aparición de metástasis y evitar las recaídas (recidivas). Es importante resaltar que si bien las terapias biológicas son poco efectivas cuando el tumor ya posee un tamaño considerable, sí que tienen en cambio, un gran interés en la prevención y la formación de metástasis.
  • Mejorar el estado general de los pacientes. Siempre es satisfactorio saber que en los últimos tiempos, y gracias al desarrollo de la ingeniería genética, se están introduciendo en el tratamiento convencional del cáncer terapias de tipo biológico, como por ejemplo el empleo de interferones, interleucina2, anticuerpos monoclonales o el factor de necrosis tumoral (TNF). Entre las terapias clásicas y de fácil aplicabilidad (aunque todas exigen un control médico especializado), destacamos estas cuatro:
  • Los extractos de muérdago (Viscum album): (Iscasor, Helixor, Isorel, Plenosol). Al hablar del muérdago (si lo desea puede ver amplia información al respecto en la sección de plantas medicinales) nos estamos refiriendo a un parásito que vive en y de los árboles creciendo hacia la luz. Los celtas y otras culturas nórdicas le otorgaban un valor simbólico siendo muy valorado en fitoterapia por su efecto antihipertensivo moderado. Rudolf Steiner, fundador del movimiento antroposófico, dio a un grupo de médicos las primeras indicaciones sobre las posibilidades terapéuticas del muérdago en el tratamiento del cáncer. No en vano se han observado en el muérdago la presencia de sustancias con un marcado efecto anticancerígeno, sustancias tales como las lectinas o la arginina, totalmente probado en cultivos de células cancerosas. Es de destacar también el efecto estimulante sobre el sistema inmunitario que ejerce esta planta parásita (linfocitos T, glándula tímica...). Existen también numerosos informes clínicos en cáncer de mama, ovario, estómago yy colon, donde se pone de manifiesto su efecto positivo, tanto en el terreno terapéutico (en combinación con otras medidas) como en el preventivo (metástasis). La mayoría de los preparados de muérdago son inyectables y empleados por muchos médicos europeos desde hace años, especialmente en Alemania
  • Los extractos de timo: (Thym Uvocal, Thymex-L, Tp l Sereno). Se trata de una glándula que está situada detrás del esternón (mediatino anterior) que está íntimamente relacionada con el sistema inmunitario (linfocitos T). Al llegar el individuo a la pubertad suele atrofiarse. Es a mediados de los sesenta que se descubre la importancia de esta glándula en el sistema defensivo del organismo. También en esas fechas se publican los óptimos resultados conseguidos por la utilización de un extracto de timo (THX) en el tratamiento de diversos padecimientos. En Centroeuropa, los extractos de timo de terneras jóvenes se emplean desde hace algunos años en el tratamiento y la prevención del cáncer. Se le atribuye un papel positivo en la formación de los linfocitos T, que son los que precisamente en los pacientes de cáncer están disminuidos, así como en la inhibición del crecimiento tumoral y en la prevención de recaídas y producción de metástasis. Tanto los tratamientos con muérdago como los de timo están siendo aceptados cada vez más por la medicina convencional.
  • Los preparados enzimáticos: (Wobe-Mugos p.ej) Los enzimas o fermentos se definen como una serie de moléculas proteicas de origen celular que actúan como biocatalizadores o activadores en multitud de reacciones químicas de nuestro metabolismo, y lo hacen sin destruirse siendo muy específicos y termolábiles o sensibles al calor. Determinadas enzimas proteolíticas (desintegradores de proteínas) se están utilizando desde hace años en algunos países europeos en el tratamiento complementario del cáncer. En pruebas de laboratorio, mediante cultivos celulares, se ha probado su efecto destructor de las células cancerosas alcanzadas, sin afectar a las células sanas. Todo y que sigue sin estar claro si en el ser humano alcanzan intactas el tumor, lo cierto es que ensayos clínicos han mostrado un efecto positivo en la prevención de recaídas y metástasis. El grado de adherencia de las metástasis en los vasos sanguíneos (y consiguiente desarrollo de un nuevo tumor) depende de la cantidad de fibrina que transporten. Los productos enzimáticos empleados (mezcla de enzimas proteolíticos, entre los que destacan los existentes en las hojas y frutos verdes de la papaya) desintegran la fibrina dificultando la adherencia de las metástasis y facilitando que puedan ser reconocidas y destruidas por el sistema defensivo-inmunitario.
  • La oxigeno-ozono-terapia: La cantidad de oxígeno en nuestra sangre disminuye tras el padecimiento de una enfermedad del tipo infeccioso, una intervención quirúrgica o simplemente durante la vejez. Y partiendo de este hecho se ha relacionado la p.p.O2 en la sangre con el rendimiento del sistema inmunitario y el riesgo de enfermar de cáncer. En ese sentido se ha observado que aumentando la p.p.O2, aumenta cifra de linfocitos (defensas) en sangre y viceversa. Existen en este sentido, informes médicos que aseguran que la combinación de oxigenoterapia con extractos de timo no solo mejora el estado general de los pacientes, sino que produce un freno en el crecimiento tumoral. En animales de experimentación se ha demostrado una menor producción de metástasis. Desde hace años, médicos europeos están utilizando ozono (O3), combinado con oxígeno (O2) para potenciar el efecto inhibidor sobre las células tumorales. En combinación con la radioterapia permite la reducción de la dosificación de ésta, mejorando incluso su efectividad y reduciendo sus efectos secundarios.
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    Otras terapias que han mostrado también ser útiles en muchos casos son:

  • La producción de hipertermia. Las células cancerosas resisten peor los aumentos de temperatura ("fiebre artificial") que las células sanas. La hipertermia se aplica a nivel general, regional o local dependiendo de cada caso.
  • La celuloterapia. Se trata de la aplicación de un extracto seco (Resistocell) que es el más empleado. Las células provienen de tejidos embrionarios animales y en algunos casos producen alergias.
  • Estimulantes o activadores especiales del sistema inmunitario como el Levamisol, OK 432, Bestatina, Lynestrenol, polinucleótidos sintéticos, etc.
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    El desarrollo de la bioquímica y la ingeniería genética ha proporcionado una serie de "armas" biológicas como son:

  • Interferones: Son proteínas producidas de forma natural por las células de nuestro cuerpo y destinadas a potenciar la actividad de los linfocitos T, capaces de atacar y destruir las células cancerosas. También es conocida su actividad antivírica. Estos interferones se obtienen en laboratorios gracias a la ingeniería genética. Desde finales de los setenta se ha demostrado su efectividad en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer y leucemia. Los pacientes experimentan fiebre y sensación de "gripe".
  • Interleucina2:  Es obtenida en laboratorios por medio de la ingeniería genética y actúan como mensajeros del sistema inmunitario. Se empezaron a utilizar a principios de los ochenta. Su aplicación se limita al tratamiento del cáncer renal en adultos y del melanoma maligno. Los efectos secundarios que produce son de gran importancia.
  • Factor de necrosis tumoral: Actúa como mensajero del sistema inmunitario de manera similar a la caquectina. Tanto esta sustancia como los interferones son producidos por el propio cuerpo para defenderse del cáncer. Se empezó a utilizar a mediados de los ochenta y si bien se ha demostrado los efectos positivos en experimentación animal, su empleo en personas es aun problemático y polémico.
  • Anticuerpos monoclonales: Se trata de anticuerpos altamente especializados que empezaron a utilizarse a finales de los setenta y se han introducido con éxito en el diagnóstico tumoral.
  • Laserterapia: Los rayos láser son conocidos desde principios de siglo, pero no es hasta los años setenta que se han utilizado con éxito en tumores cutáneos y mediante endoscopia, en el tratamiento de tumores internos como por ejemplo pulmón o vejiga.

Prevención del cáncer a través de la alimentación
En Alemania, el Centro para la Investigación del Cáncer en Heidelberg, realizó durante 10 años un estudio en el que se puso de manifiesto que el grupo de personas vegetarianas en el que se incluían desde los más estrictos a los que ocasionalmente tomaban algo de carne, presentaban un estado de salud sensiblemente mejor (analíticas, enfermedades de riesgo) que el grupo que seguía una alimentación convencional. El riesgo de mortalidad por enfermedades cardio-circulatorias era un 50% menor, la mortalidad por cáncer un 50% menor entre los varones vegetarianos y de un 25% menor en las vegetarianas. Otros factores que influyeron también fueron el tabaco y la obesidad entre la población vegetariana.. En Inglaterra se efectuó otro estudio durante 12 años entre un grupo de 11.000 adultos británicos por el Instituto de Higiene de Londres y fue publicado por el British Medical journal. este estudio puso también de manifiesto que la incidencia de cáncer era un 40% menor en las personas vegetarianas. Todo ello nos lleva a la conclusión de que deberíamos consumir más hortalizas. frutas frescas, verduras, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva y frutos secos y reducir notablemente el consumo de carne, embutidos, grasas animales, sal, azúcar y alimentos desvitalizados como las conservas, alimentos cargados de aditivos, productos refinados. Si nos paramos a pensar un poco en la alimentación de la mayoría de la población de los países desarrollados, veremos que el mayor consumo es a base de productos refinados, enlatados, desvitalizados, congelados, etc. Acudimos a la panadería y compramos pan blanco y tiernecito, y si pedimos integral muchas veces nos venden un pan elaborado con harina blanca y salvado, lo cual es engañoso ya que el pan integral significa que está elaborado íntegramente con todo el grano bien sea del trigo, centeno u otro cereal. En definitiva, la humanidad entera se está acostumbrando a un determinado tipo de alimentación insana que es una de las causas que más enfermedades provoca haciendo un hecho la frase de "El hombre cava su propia tumba con los dientes".

¿Qué esta ocurriendo en nuestro mundo para que cada vez más nos estemos acercando a lo innatural? Hace años el hombre comía productos cien por cien naturales y muchas veces incluso de su propia huerta. Sabía lo que comía y conectaba con la tierra. Pero ¿qué sucedió?. Las grandes compañías de alimentación empezaron a monopolizar el mercado de la alimentación hasta tal punto que todo nos llega manipulado desde la semilla trangénica o híbrida ya tratada con productos químicos pasando por todo el proceso que son tratados los alimentos mientras están en la tierra a base de pesticidas, herbicidas y abonos químicos y por último la recolección de estos alimentos antes de madurar de forma natural. En resumen nos llega a nuestra casa un alimento muy desvitalizados. Hipócrates decía con mucha razón: "Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento". Cuánta razón tenía!
Los vegetales con efectos anticancerígenos pueden clasificarse en dos grandes grupos:

  • Vegetales que ofrecen valores elevados de beta-caroteno, vitamina C, vitamina E y selenio, por su efecto antioxidante y su consiguiente capacidad para neutralizar los poderosos radicales libres. Moléculas "agresivas" capaces de dañar nuestras células y su material genético, por lo que pueden favorecer la aparición de cáncer, entre otras enfermedades. En China se realizó un estudio en una zona rural entre 30.000 personas que desveló que la toma de alimentos ricos en selenio y vitaminas E y C, cuya acción conjunta potencia su efecto protector, podrían reducir las muertes de cáncer en un 13%
  • Sustancias presentes en muchos vegetales comestibles (flavonoides, inhibidores de las proteasas, polifenoles...,) que actúan en diversos frentes combatiendo la aparición y el desarrollo del cáncer. Destacan entre ellas, el grupo de las coles, brécol, tomate, zanahoria, puerro, pimiento verde, cebolla, ajo, soja, uva y remolacha roja.
 

Las vitaminas y oligoelementos en el cáncer

  • Vitamina A: Esta vitamina ejerce un efecto protector en los epitelios, es decir, en la piel y las mucosas, siendo una vitamina muy importante en la prevención de cáncer de boca, estómago, colon, bronco-pulmonares y cuello uterino. Es importante para el lector que examine la página de información sobre esta vitamina y los alimentos que la contienen con el fin de que se nutra lo suficiente de ellos.
  • Vitamina C: Los enfermos de cáncer suelen presentar en su mayoría una carencia importante en su organismo de esta vitamina junto con la vitamina E. Se trata de una vitamina que combate el efecto carcinogénico de algunas sustancias, como las peligrosas nitrosaminas. Está muy presente en los vegetales y se destruye fácilmente con el calor o la cocción y el almacenamiento. Lo importante para que nuestro organismo obtenga esta vitamina es consumir alimentos crudos y frescos. Consulte en los alimentos en que se encuentra en la sección de vitaminas
  • Vitamina E: La vitamina E refuerza el sistema inmunológico defensivo del organismo, siendo importante en personas de edad avanzada. Al igual que la vitamina C, se destruye por la acción de las altas temperaturas. Destacamos, además de todo los alimentos expuestos en la página sobre vitaminas, los cereales integrales, especialmente el germen de trigo, las almendras, la soja o las espinacas.
  • Selenio: Oligoelemento que es captado por las plantas siempre y cuando la tierra o suelo no sea de naturaleza ácida. Si es pobre en calcio o está sometido a los efectos de la lluvia ácida, las plantas y los animales que viven de ellas incluyendo por supuesto al ser humano, serán deficitarios. Una alimentación rica en carne, bebidas alcohólicas y tabaco hace reducir también los niveles de selenio en nuestro organismo. Este oligoelemento, además de su función defensiva combate la acción de los metales pesados (tóxicos) como el plomo, el cadmio y el mercurio, presente en nuestro organismo. Los cereales integrales son muy ricos en selenio.
  • Soja: La soja tiene determinadas fitohormonas que frenan el crecimiento de células tumorales hormono-dependientes (cáncer de mama). También posee otras sustancias que dificultan el anidamiento de metástasis en otros órganos y un componente que evita la formación de los vasos sanguíneos que precisa el tumor para nutrirse.
  • Ajo: Son numerosos los estudios que revelan el efecto anticancerígeno del ajo. En concreto uno de los más recientes, se realizó en la Universidad de Texas, y mostró que el sulfato de dialilo (componente del ajo), inhibe los tumores de colon en un 75%. En investigaciones realizadas en China, las personas que incluían habitualmente la toma de ajo en su dieta presentaban un riesgo mucho menor de enfermar de cáncer de estómago.
  • Remolacha roja: Contiene diversas sustancias de interés para la prevención y el tratamiento biológico del cáncer. Sus flavonoides, además de ejercer un efecto antioxidante, inhiben la progresión del crecimiento tumoral y son capaces de neutralizar ciertos elementos tóxicos en muestro organismo. Otros componentes, como la alantoína y la colina desempeñan también una acción beneficiosa mejorando, incluso, la tolerancia al tratamiento con radio y quimioterapia. Pruebas realizadas con zumo de remolacha recién exprimida en humanos y animales de experimentación han mostrado un efecto positivo, tanto a nivel terapéutico, como profiláctico. Es preferible consumirla cruda, pues algunos de sus componentes son sensibles al calor. A nivel preventivo es importante comerla con regularidad y que sea procedente de cultivo biológico ya que un exceso de nitratos en el suelo y captados por la planta puede ser perjudicial para la salud.
  • Uva: Conocidas son en medicina naturista las "curas de uva" por sus efectos depurativos en el organismo. Existen casos también de pacientes con cáncer que han salido adelante tomando durante varias semanas únicamente uvas. Científicos de la Universidad de Illinois han comprobado como la sustancia presente en la uva (resveratrol) actúa positivamente en la prevención y tratamiento del cáncer en animales de experimentación, sin mostrar ningún tipo de efecto secundario nocivo.

Otras terapias alternativas contra el cáncer conocidas

  • Terapia Gerson: El Dr. Gerson (1881-1959), tenía muy encuentra la influencia de que las toxinas y los desequilibrios electrolíticos de las células son causas fundamentales del cáncer ayudando al mismo tiempo a mantener la existencia continuada de tumores. Los pacientes en estas terapias, son sometidos estrictamente a una dieta vegetariana con colaciones regulares de fruta fresca preparada y zumos vegetales con el fin de llevar el cuerpo a una desintoxicación para restaurar el equilibrio electrolítico. El núcleo primario de la terapia Gerson es el restablecimiento del equilibrio entre el agua y la sal celulares a través del suplemento de potasio en forma de sales de gluconato, fosfato y acetato de potasio, así como la estricta negación de la ingesta de sodio.
  • Terapia por medio del cartílago de tiburón: Desde que se conoció que los tiburones no enfermaban de cáncer mucho se está investigando al respecto. El sistema inmunitario del tiburón hace algo más que combatir las infecciones. Los investigadores científicos llevan en ese sentido más de 25 años tratando de indagar el misterio del sistema inmunitario del tiburón para saber sobre su autoprevención contra el cáncer. El Dr. Carl Luer, biólogo marino, ha tratado sin éxito y durante varios años, de desarrollar células cancerosas trasplantadas a tiburones. Entre los tiburones y los vertebrados superiores como los peces por ejemplo y los mamíferos, existe una gran diferencia y es que el esqueleto del tiburón está compuesto enteramente de cartílago y no contiene un verdadero tejido óseo. La inmunidad contra el cáncer reside en que este esqueleto cartilaginoso contiene la sustancia inmune al cáncer. El cartílago es diferente de otros tipos de tejidos como huesos y músculos, ya que es  avascular, es decir que no posee vasos sanguíneos. En 1983 se publicó en la revista Science un artículo titulado: "El cartílago de tiburón contiene inhibidores de la angiogénesis de tumores". Este artículo proponía que el cartílago de tiburón conlleva una sustancia  que inhibe fuertemente el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos en dirección a los tumores sólidos, restringiendo por ello el crecimiento tumoral y previniendo las metástasis. No por ello debe de usarse indiscriminadamente.
  • Terapia con Medicina Tradicional China: Sabida es su expansión en Occidente y que cada vez son más las personas que ahondan en los conocimientos de esta medicina. En Francia, por ejemplo, las terapias con Medicina Tradicional China está integrada en la Seguridad Social, pudiendo elegir el paciente tanto al médico como el tipo de tratamiento: acupuntura, fitoterapia, oligoterapia, qi gong, moxibustión o dietética. De las más de 70.000 referencias bibliográficas existentes, sólo consideraremos algunos datos que reflejan y demuestran la eficacia de estos tratamientos tanto en distintas enfermedades como en el cáncer. Al hacer incidencia en el fortalecimiento del sistema inmunitario, la medicina china emplea distintas variantes para lograr ese efecto. Como se ha demostrado, la acupuntura como regulador energético en distintos órganos vitales implicados en el desarrollo del cáncer. Estimula la fabricación de las betaendorfinas, metaencefalinas y otras sustancias del sistema opiáceo, siendo por tanto un potente analgésico que, al no tener efectos secundarios indeseables puede aplicarse en los procesos de dolor derivados de la enfermedad. Al mismo tiempo, su influencia en el sistema inmunitario es importante  al producir un aumento de linfocitos T, fagocitos, e inmunoglobulinas, todos ellos imprescindibles para el fortalecimiento del sistema natural de defensas, que es quien detiene la proliferación del crecimiento de células cancerígenas.
  • Terapias con fitoterapia: En la prevención y recuperación del cáncer en fitoterapia destacan plantas como las pulsatilla, helenio, alcachofa, cardo mariano, centaurea, hipérico, ajedrea, muérdago, caléndula, etc. Por norma general todas estas plantas se administran en forma de tisanas, o extractos concentrados por vía oral. El maitake, originario de Japón, es un hongo, que en el tratamiento de cáncer, ha dado resultados espectaculares si bien no hay que caer en las panaceas. El maitake es muy apreciado en la tradición herbolaria japonesa desde hace siglos. Traducido del japonés, su nombre significa: "hongo que baila", dado que su aspecto recuerda lo que podría considerarse un alocado baile de mariposas. Este legendario hongo de gran tamaño se cultiva especialmente desde mediados de los ochenta, lo cual ha facilitado a micólogos y farmacólogos el estudio de las propiedades médicas que se le atribuyen. Además de su efecto antitumoral, se ha descubierto que ejerce una acción antihipertensiva, antidiabética, adelgazante y antihepatitis. Su actividad frente al VIH fue también confirmada en el año 1992, por el Instituto Nacional de la Salud de Japón y por el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. Pero en fitoterapia debemos de prestar mucha atención también a otras plantas como la caléndula de la cual en ecoaldea hemos hablado de su incidencia en el cáncer.
  • Terapias con oligoterapia: Los oligoelementos, llamados así por el Dr. Bertrand, el cual fue el primer especialista científico en la cuestión, juegan un papel decisivo e importante en los tratamientos contra el cáncer. Se extraen de elementos minerales que existen en muy pocas cantidades en todos los organismos. Su función es la de activar o catalizar todas las funciones y los intercambios biológicos que se realizan en un organismo viviente. Uno de los más utilizados en ese sentido es el selenio. El Dr. Carey afirmaba: "El selenio es el agente anticancerígeno de amplio espectro más potente que se haya descubierto jamás". Existen numerosos estudios realizados en grandes poblaciones que demuestran los poderosos efectos anticancerosos de este importante oligoelemento esencial, al mismo tiempo que un buen número de investigaciones indican que es un gran potencial como agente quimioterápico.
     

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