ÁCIDO ÚRICO.- Producto final del metabolismo de los NUCLEOPROTEIDOS
(1), normalmente presente en pequeñas cantidades en la sangre y en la orina.
La tasa normal de ácido úrico en la sangre, en ayuno, es de 20 a 40
mg./litro; la eliminación cotidiana de ácido úrico a través de la
orina es, con dieta mixta, de 0,5 a 1 gr..
El ácido
úrico presente en la sangre tiene un origen doble, exógeno y endógeno,
pues representa el producto final del metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS (1)
tanto de los alimentos ingeridos como de las propias células de tejidos en
descomposición.
Existen, por
tanto, también dos formas de hiperuricemia (2), la exógena, es
decir, de origen externo o alimentario, debido a la ingestión de alimentos
particularmente ricos en NUCLEOPROTEÍNAS y por ello abundantemente
productores de ácido úrico en el organismo; y la endógena,
que tiene lugar independientemente de la ingestión de los mencionados
alimentos, pues el aumento de ácido úrico se debe a la alteración
del metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS, del cual el ácido úrico
constituye el producto final.
El aumento de
la concentración de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia)
(2) y, por consiguiente, en la orina (hiperuricuria) puede observarse
en diversas condiciones morbosas: en la gota (3) y en las enfermedades
en que el metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS se encuentra incrementado
como la leucemia (4), policitemia (5), etc..
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El ÁCIDO
ÚRICO, es un ácido soluble en álcalis, pero difícilmente en agua, que
se forma en el hombre y en los primates como producto final del metabolismo de
los ácidos nucleicos (1.1) o las purinas (6) ingeridas con la
alimentación o producidas por la célula, por la acción de la xantinooxidasa
(7) sobre la xantina (8) y la hipoxantina (9), y que es
eliminado por la orina 0,08 a 1 gr./24 horas aproximadamente; aumenta con una
dieta rica en proteínas y después del tratamiento con corticoides y uricosúricos
(10)
Cristaliza formando sales en
la orina: uratos, sales urinarias.
Valores normales en el suero
sanguíneo:
Mujeres: de 2,5 a 5,7 mg/dl.
Varones: de 3,5 a 7,0 mg/dl.
Se registra hiperuricemia
(2) en caso de gota (3), leucemia (4), o durante un tratamiento
con clorotiacida (11).
Se acumula patológicamente
en los tejidos, también en forma de cristales, como en el infarto por ácido
úrico o gota por ácido úrico. Forma cálculos renales.
GLOSARIO
(1)
NUCLEOPROTEÍNAS.-
Compuesto de proteína y ácidos nucleicos (1.1) presente en los
núcleos celulares.
(1.1) ÁCIDO
NUCLEICO.- Molécula en
forma de cadena larga compuesta de gran número de nucleótidos
(1.1.2); se encuentra en todos los seres vivos (ADN, ARN).
(1.1.2)
NUCLEÓTIDO.- Elemento
constituyente básico de los ácidos nucleicos, compuesto por base nucleica,
pentosa y ácido fosfórico.
(2)
HIPERURICEMIA- Elevación
del contenido de ácido úrico en sangre debido a alteraciones del metabolismo
de las purinas (6), que puede ser latente o manifiesta, en forma de gota
(3). Como hiperuricemia primaria aparece en defectos metabólicos
hereditarios, como en la glucogenosis (12) tipo I, en la hiperactividad
de la xantinooxidasa (7) hepática (en el síndrome de LESH-NYHAN),
así como en la inhibición, de causa desconocida, de la eliminación de
ácido úrico por el riñón. Como hiperuricemia secundaria aparece en la
hipercalcemia idiopática del recién nacido y lactantes, hipertrigliceridemia
inducida por hidratos de carbono, hemoblastosis (13) como policitemias
(5) y leucemias (4), glucogenosis (12), insuficiencia renal
crónica, tras radioterapia, y en el síndrome de lisis (14) tumoral
aguda.
(3) GOTA.- Transtorno asociado con un error innato
del metabolismo del ácido úrico que aumenta la producción o interfiere en
la excreción de ácido úrico. El exceso de ácido úrico se convierte en
cristales de urato sódico, que precipitan y se depositan en las
articulaciones y en otros tejidos. El transtorno puede provocar una
tumefacción extremadamente dolorosa en una articulación, con fiebre y
escalofríos. Este transtorno es discapacitante y, si no se trata, puede
progresar hasta el desarrollo de tofos (3.1) y alteraciones
degenerativas en la articulación.
(3.1) TOFO.- Cálculo que contiene depósitos de
urato sódico y que se desarrolla en el tejido fibroso periarticular,
típicamente en pacientes con gota.
(4) LEUCEMIA.-
Neoplasia (4.1) maligna
de los órganos hematopoyéticos que se caracteriza por la sustitución
dificultosa de la médula ósea por precursores leucocitarios proliferantes,
por un número y unas formas anormales de leucocitos inmaduros en la
circulación, y por infiltración de los nódulos linfáticos, bazo, hígado y
otras localizaciones. El origen de la leucemia no es claro, aunque puede ser
el resultado de la exposición a radiaciones ionizantes, benzeno u otros
agentes químicos tóxicos para la médula ósea. La leucemia se clasifica
dependiendo de las células que predominan en la proliferación, su curso
clínico y la duración de la enfermedad. La leucemia aguda suele tener un
comienzo súbito, evolucionando rápidamente a partir de signos precoces como
fatiga, palidez, pérdida de peso, facilidad para la aparición de hematomas,
hasta fiebre, hemorragias, dolor óseo o articular e infecciones repetidas. La
leucemia crónica se desarrolla lentamente y la aparición de signos similares
a los de la forma aguda de la enfermedad pueden retrasarse durante años.
Hematopoyético:
relacionado con
el proceso de formación y desarrollo de los diferentes tipos de células
sanguíneas.
(4.1)
NEOPLASIA.- Desarrollo
de células nuevas y anormales, que pueden ser benignas o malignas.
(5) POLICITEMIA.-
Aumento anormal del
número de eritrocitos en la sangre. Puede ser secundaria a una enfermedad
pulmonar, cardiopatía o a la exposición prolongada a grandes altitudes.
(6) PURINA.- Compuesto heterocíclico de fórmula
C5H4N4. Constituye cristales incoloros, solubles en agua, que forman sales con
ácidos y bases.
(7)
XANTINOOXIDASA.- Enzima
de SCHARDINGER: enzima que contiene Fe y Mo; deshidrogenasa aerobia del tipo
de las enzimas flavoproteínicas, uno de los fermentos amarillos que cataliza
la reacción general: xantina - H2O + O2 = ácido úrico + H2O2 (hipoxantina
® xantina).
(8) XANTINA.- Producto intermedio de gran importancia
en el metabolismo de los ácidos nucleicos (1.1) y las bases purínicas
(6). Precursor del ácido úrico, formado por la acción de la xantinooxidasa
(7). Precursor también de compuestos presentes en los nucleósidos
(15) y los nucleótidos (1.1.2). Los tres derivados de xantina de mayor
interés en medicina son: cafeína (16), teobromina (17) y teofilina
(18).
(9) HIPOXANTINA.-
Base purínica soluble
en ácidos y álcalis que resulta del catabolismo de la adenina (19) y
de la inosina (hipoxantosina) (20), y que, a través de la etapa
de xantina (8), es oxidada a ácido úrico. Presente en forma libre (en
la orina) o en combinación (en los nucleósidos (15)). Factor de
crecimiento (factor X) para algunos microorganismos, antagoniza la acción
inhibidora del crecimiento de las sulfamidas (21).
(10)
URICOSÚRICOS.-
Sustancias que aumentan la eliminación de ácido úrico a través del riñon.
(11)
CLOROTIACIDA.- Salutérico
(diurético del grupo de las benzotiadiacinas) desarrollado a partir de
inhibidores de la anhidrasa carbónica (22).
Benzatiacida: diurético y antihipertensivo prescrito
para el tratamiento de la hipertensión y el edema. (11.1)
(11.1) EDEMA.- Acumulación masiva localizada o difusa
de líquido seroso no coagulable que escapa del sistema vascular (en la
mayoría de los casos sin dolor) y se sitúa en el tejido subcutáneo o
submucoso, así como en el tejido nervioso, en los órganos parenquimatosos,
en los órganos huecos, y en el tejido conjuntivo intersticial o interfibrilar.
Como trasudado agudo, por lo general es pobre en proteínas, aunque puede
aumentar su contenido. Causas: a) alta presión vascular; por ejemplo, en
casos de insuficiencia cardíaca o dificultad de retorno; b) bajo contenido en
proteínas y con ello baja presión oncótica de la sangre; c) alta
permeabilidad de la pared muscular. Formas importantes que afectan a un
órgano son el edema pulmonar y el edema cerebral.
(12)
GLUCOGENOSIS.-
Enfermedad por almacenamiento de glucógeno (12.1).
(12.1)
GLUCÓGENO.- Polisacárido
que es el principal carbohidrato almacenado en las células animales. Se forma
a partir de la glucosa y se almacena principalmente en el hígado y en menor
cantidad en las células musculares.
(13)
HEMOBLASTOSIS.- Degeneraciones
tumorales (neoplasias (4.1)) del sistema hematopoyético, por ejemplo:
eritroleucemias, leucemias (4) y, más ampliamente, también los
linfomas malignos, linfoma de HODGKIN, linfomas no hodgkinianos y los plasmocitomas
(23).
(14) LISIS.- Disolución de células (bacterias,
glóbulos de la sangre (hemólisis)) después de la destrucción de la
membrana celular por la lisina (14.1).
(14.1) LISINA.-
Toxina microbiana o
enzima con capacidad de lisar elementos celulares total o parcialmente; sucede
en la hemolisina, capacitada para la lisis de los eritrocitos de distintas
especies animales, así como para degradar la oxihemoglobina (14.1.1) (enverdecimiento).
(14.1.1)
OXIHEMOGLOBINA.- Producto
de la combinación de la hemoglobina con el oxígeno. Forman un complejo muy
débil que se disocia fácilmente cuando hay una concentración baja de
oxígeno.
(15)
NUCLEÓSIDO.- Elemento
constituyente del nucleótido (1.1.2), compuesto por pentosa
(24) y base nucleica (mononucleótido sin el resto de ácido fosfórico), como
son la adenosina, guanosina, uridina, histidina y timidina. Se forman por
hidrólisis alcalina del nucleótido (1.1.2). Enzimas que intervienen:
nucleosidasa (divide el nucleósido en base nucléica y pentosa),
nucleosidodesoxirribosiltransferasa (intercambia bases nucleicas),
nucleosidodifosfatasa (separa ácido fosfórico de nucleosidodifosfatos),
nucleosidodifosfatocinasa y nucleosidomonofosfatocinasa (forman como
transferasas trifosfatos o difosfatos), y nucleosidorribosiltransferasa
(intercambia bases nucleicas).
(16) CAFEÍNA.-
Base purínica de los
granos de café (Coffea arabica), las hojas de té (Camellia
sinesis, entre otras), nueces de la cola (Cola nitida y C.
acuminata) y las hojas del mate (Ilex paraguariensis).
Actúa
estimulando la corteza cerebral y los centros respiratorio y circulatorio,
dilata también los vasos y tiene acción diurética; se utiliza
terapéuticamente como tónico, psicoanaléptico, diurético y en preparados
combinados con antipiréticos (intensifica su acción analgésica).
En caso de
intoxicación aguda (cafeinismo), se produce intranquilidad, excitación
central, alteraciones psíquicas, taquicardia, tensión vesical, insomnio y en
ocasiones también colapso cardíaco y circulatorio.
(17)
TEOBROMINA.- Derivado
de purina (6) en los frutos y las vainas del cacao, el té, la nuez de
cola y el mate. Su efecto es levemente estimulante (menos que el de la cafeína
(16)), diurético e inotropo positivo (25).
(18) TEOFILINA.-
Broncodilatador
prescrito para relajar el músculo liso de los conductos bronquiales en el
tratamiento del broncospasmo del asma bronquial, en la bronquitis y en el enfisema
(26).
(19) ADENINA.- Base purínica natural. Elemento del
nucleósido adenosina (y con el de los ácidos nucleicos (1.1))
adenosinfosfato y adenosinantibióticos; se presenta también libre en
plantas, secreciones, excreciones).
Se degrada a hipoxantina
(9) y amoníaco por medio de la adenindesaminasa.
(20) INOSINA (HIPOXANTOSINA).-
Nucleósido de purina
(6); producto intermédio del metabolismo de las purinas.
(21)
SULFAMIDAS.- Cualquiera
de las substancias químicas derivadas de la sulfonamida (21.1), que
por su acción bacteriostática se emplea en el tratamiento de enfermedades
infecciosas.
(21.1)
SULFONAMIDA.- Substancia
en cuya composición entra el azufre, el oxígeno y el nitrógeno y que forma
el núcleo de la molécula de sulfamidas.
(22) ANHIDRASA
CARBÓNICA.- Enzima que
contiene cinc; acelera la instauración del equilibrio entre H2CO3 y CO2, la
reacción se inhibe por medio de inhibidores de la anhidrasa carbónica,
utilizados como diuréticos y antiepilépticos. Participa en el transporte de
dióxido de carbono por la sangre (eritrocitos), en la secreción de ácido
clorhídrico por el estómago, y permite la liberación de iones hidrógeno
por parte de las células de los túbulos renales en intercambio con los iones
sodio presentes en el ultrafiltrado (la inhibición medicamentosa del proceso
tiene como consecuencia una mayor eliminación de Na, K, HCO3 y agua, y una
retención de los iones amonio).
(23)
PLASMOCITOMA.- El
término se refiere al mieloma (23.1) o discrasia sanguínea de
células plasmáticas.
Discrasia: composición alterada de los humores
corporales//. Composición alterada de la sangre.
(23.1)
MIELOMA.- Tumor maligno
de células plasmáticas, que se desarrolla en la medula ósea hematopoyética.
En sentido estricto, referido al plasmocitoma o mieloma múltiple.
(24) PENTOSAS.-
Monosacáridos que
poseen 5 átomos de carbono. Entre otros, se incluyen la ribosa y la
desoxirribosa.
(25)
INOTRÓPICO.- Que tiene
efecto sobre la contractilidad del miocardio; las sustancias inotrópicas
negativas que disminuyen con la contractilidad son los bloqueadores de los
receptores b, los barbitúricos, la morfina, etc., mientras que las que
actúan de forma inotrópica positiva determinan estimulación del
simpático, con simulación de la actividad simpaticomimética: digital,
glucagón, insulina y hormona tiroidea.
(26) ENFISEMA.-
Tumefacción producida
por aire o gas en el tejido pulmonar, en el celular o en la piel.
PRINCIPALES
DISFUNCIONES QUE SE PRESENTAN POR UN EXCESO DE ÁCIDO ÚRICO
GOTA.- Definición: La gota, denominada
también artritis úrica, es una enfermedad constituyente no ya en una
alteración del metabolismo de los ácidos nucleicos (1.1) (que
constituyen un grupo de proteínas denominadas nucleoproteínas (1)),
sino en un destino anormal del ácido úrico, que representa el último
producto de escisión catabólica en el organismo de los mencionados ácidos
nucleicos (1.1). Es una enfermedad constitucional y de ordinario
hereditaria, que se exterioriza en el plano clínico:
· Como gota
aguda (artritis úrica aguda), caracterizada por la aparición de más
o menos frecuentes accesos gotosos agudos consistentes en crisis
artríticas dolorosas a nivel de una o varias articulaciones.
· Como gota
crónica (artritis úrica crónica), caracterizada por el depósito de
los denominados tofos (pequeñas masas en forma de concreciones de
ácido úrico precipitado del líquido sanguíneo) en los tejidos
articulares y periarticulares, y por la deformación de las articulaciones
afectadas, con el consiguiente impedimento funcional más o menos notable.
La gota,
definida de este modo, no estaría - con rigor terminológico - comprendida
entre las enfermedades del metabolismo orgánico (diabetes, obesidad, etc.),
en cuanto no existe en el organismo gotoso una desviación o una detención en
productos intermedios del normal proceso de desintegración de los ácidos
nucleicos, sino sólo - como se ha indicado - un destino anormal del ácido
úrico que se había formado normalmente, como último producto del citado
proceso desintegrante. Y si se continúa, a pesar de ello, incluyendo la gota
entre las enfermedades del metabolismo, esto es debido al hecho de que no es
fácil asignarle su lugar exacto en la clasificación patogenética de las
diversas afecciones, mientras no se aclare completamente el verdadero origen
de la enfermedad.
Etiología: Como ya hemos dicho, la gota es una
enfermedad constitucional y generalmente hereditaria; por lo tanto, los
factores causales verdaderamente esenciales de la afección gotosa habrán de
buscarse en la constitución individual y en la herencia.
El factor constitución
ha de entenderse como una tendencia, una predisposición congénita del
individuo a enfermar de gota; como tipo morfológico constitucional, el
individuo predestinado a padecer gota suele ser un macrosplácnico, es
decir, bajo, robusto y, con frecuencia, también pletórico (gotoso rojo);
no obstante, existe el individuo gotoso microsplácnico, es decir,
delgado, longuilíneo y a menudo también anémico (gotoso pálido). El
factor hereditario interviene:
- en la
mayoría de los casos: como herencia genérica de predisposición para
afecciones del metabolismo (gota, diabetes, obesidad, etc.), en el sentido de
que los individuos gotosos pueden descender de padres no necesariamente
gotosos, sino afectados de diabetes u obesidad ya que estas tres afecciones se
hallan notablemente interrelacionadas.
En un cierto
número de casos como herencia específica gotógena, en el sentido de
que los individuos gotosos derivan de un tronco familiar que, en las
precedentes generaciones, ha presentado numerosos casos de gota y no de otras
enfermedades del metabolismo; esta heredabilidad específica fotogenia suele
transmitirse de una generación a otra, a través de la rama masculina.
Por otro lado,
no sólo se debe admitir una herencia gotógena de familia, sino
también de raza, como se ha comprobado por el hecho de que - a
igualdad de todos los factores gotógenos exógenos (externos) - ciertos
pueblos están muy sujetos, y otros menos, a la afección gotosa.
Sobre esta base
indispensable y determinante de naturaleza endógena (interna) constitucional-hereditaria
inciden seguidamente, en los distintos individuos que se volverán luego
gotosos, numerosos factores gotógenos adquiridos del exterior y por
eso denominados exógenos: el exceso de carne en la alimentación
cotidiana, el abuso de alcohol y la vida sedentaria, el brusco paso de una
vida activa y movida al aire libre a una vida rutinaria y demasiado cómoda,
los excesivos desgastes físicos, la humedad y el frío, la constitución
pletórica, etc. Entre estos factores tiene indudablemente mayor importancia
el exceso de proteínas animales en la alimentación.
No obstante, la
importancia gotógena de los citados factores externos es - en la mayoría de
los casos - más bien modesta frente a la de los factores internos de constitución
y herencia, como lo demuestra el hecho que:
- mientras
existen numerosos individuos que, a pesar de que están expuestos a
factores externos semejantes, no se vuelven de ningún modo gotosos porque
su terreno biológico constitucional-hereditario no es de ningún modo
gotógeno;
- existen
también otros que, a pesar de que no están sometidos a ninguno de los
citados factores externos, se vuelven - a una cierta edad - igualmente
gotosos porque es gotógena su constitución.
De los dos sexos,
el masculino se afecta mucho más (8 a 10 veces más); de las diversas edades,
la comprendida entre los 35 - 50 años es la que presenta más a menudo los
primeros síntomas de la enfermedad.
Patogenia: La gota está ligada a un anormal
depósito de ácido úrico en los tejidos; la patogenia es clara y
evidente en todos aquellos casos en que existe un aumento de la destrucción
celular y, por tanto, una mayor liberación de nucleoproteínas (1); o
bien, en las alteraciones renales que, al obstaculizar la eliminación del ácido
úrico, facilitan su retención. En estos casos se puede hablar de gota
secundaria o sintomática, y se explica fácilmente el motivo de la
acumulación de ácido úrico. En cambio, la patogenia de la gota
primitiva es aún oscura e incierta. Las principales
teorías enunciadas son:
1.- La
existencia en el gotoso de un aumento de la síntesis de las purinas
(6) y por tanto de su catabolito el ácido úrico;
2.- La anormal
acumulación de ácido úrico en los tejidos se debe a una eliminación
urinaria insuficiente de esta sustancia por alteraciones renales. A favor de
esta teoría está el aumento del ácido úrico en la sangre y su disminución
en la orina, típica de muchos gotosos;
3.- Algunos
autores han buscado la causa de la hiperuricemia (2) en la deficiencia
de un factor uricolítico: pero también las más recientes investigaciones
han conducido a excluir en el organismo humano la presencia de una sustancia
capaz de escindir el ácido úrico;
4.- Otros
autores han pensado en la posibilidad de que los depósitos de ácido
úrico se formen por una anormal afinidad de los tejidos con éste. Pero
esto no hace más que desplazar el problema de la sangre a los tejidos sin
proporcionar ninguna explicación sobre la uricemia (nivel de ácido úrico
en sangre) que casi constantemente se encuentra elevada de modo
anormal en los gotosos.
En conclusión,
puede decirse que la enfermedad es debida al anormal depósito de ácido
úrico en los tejidos por la concurrencia de factores humorales
metabólicos e hísticos bajo la influencia de factores predisponentes y
hereditarios. Sobre la patogenia de la gota puede tener también influencia
una alteración del metabolismo lipídico: en efecto, en sujetos normales,
como consecuencia de la administración de una dieta bastante rica en grasas,
se establece una hiperuricemia (2), que sería atribuible al estado de
acidosis determinado por la dieta. Por otro lado, el ataque gotoso agudo se
originaría de la reacción inflamatoria producida por la precipitación de
ácido úrico en los tejidos o en los líquidos sinoviales.
Sintomatología: La gota aguda es típicamente a accesos
(*), en el sentido de que consiste en accesos gotosos agudos más o menos
frecuentes y aproximados entre sí con intervalos de períodos de completo
bienestar.
El acceso
gotoso agudo aparece por lo general en las horas nocturnas o a primeras horas
de la mañana, de ordinario de modo brusco y repentino, en pleno bienestar,
pero a veces también tras leves síntomas premonitorios (malestar general
indefinido, sensación de fatiga, transtornos digestivos, ligera reacción
febril, leves dolores punzantes en la articulación donde se localiza el acceso
(*) ).
Como causa
desencadenante del ataque a menudo se encontrará un enfriamiento, un abuso
dietético o alcohólico, un traumatismo local de las articulaciones, un
desgaste físico, un fuerte susto u otra emoción intensa.
Con la
presencia, o sin ella, de una causa desencadenante y de síntomas
premonitorios, el acceso (*) gotoso aparece de modo brusco en toda su
violencia casi siempre a nivel de la articulación metatarso-falange del dedo
gordo de un pie, donde repentinamente se localiza un dolor lacerante tan
violento y agudo que hace insoportable incluso el contacto con la sábana
sobre la parte dolorida que rápidamente se hincha y enrojece, por lo que la
piel situada por encima aparece hinchada, tensa, brillante, roja, caliente,
con venas turgentes (**).
El violento
dolor local - casi siempre acompañado de fiebre (38 - 39 º C.), a menudo
también de cefalea, falta de apetito, náuseas, agitación neuropsíquica,
etc. - dura de ordinario pocas horas, para luego atenuarse lentamente y cesar
del todo dejando un ligero dolor.
No obstante, a
la noche siguiente el acceso (*) se repite con igual violencia y con
análoga sintomatología, repetición que se produce también durante las
siguientes noches, hasta el máximo de una semana o poco más. Una vez
superado el acceso (*), el paciente siente inmediatamente pleno
bienestar, mientras que la región articular atacada por el acceso (*)
rápidamente se deshincha y vuelve al color normal; puede sólo quedar,
durante algunos días, un leve dolor exacerbado (***) por las
presiones, por lo que el paciente prefiere no calzar los zapatos.
A este primer acceso
(*) gotoso en la articulación metatarso-falange, del dedo gordo de un pie
(denominada podagra), de ordinario suceden otros a intervalos muy
variables de tiempo (semanas, meses, incluso años) y en el mismo dedo gordo o
en otra articulación (de la rodilla, gonagra; del hombro, omagra;
de los dedos de las manos, quiragra; del codo, de la columna vertebral,
etc.).
Es
característico el comportamiento del ácido úrico en la sangre (uricemia) y
en la orina (uricosuria) antes, durante e inmediatamente después del acceso
(*) y aumenta aún más rápidamente durante las horas del acceso, para luego
disminuir con el declinar del mismo e inmediatamente después de su
resolución; por el contrario, la cantidad de ácido úrico en la orina
disminuye sensiblemente en las horas inmediatamente precedentes al acceso y
durante la fase inicial de éste, para luego volverse abundante hacia la fase
terminal del acceso o inmediatamente después de su resolución. La orina se
hace escasa y oscura al principio y durante el curso del acceso, para
luego volverse abundante al final del mismo.
La gota
crónica (o artritis gotosa) se establece después de repetidos y
frecuentes accesos gotosos agudos; no obstante, puede también aparecer
con los caracteres de la cronicidad desde el principio, es decir, sin
antecedentes de accesos agudos. Esta se caracteriza por dos síntomas
fundamentales:
(*) Acceso: perturbación que sobreviene bruscamente
y cesa con rapidez.
(**) Turgente: Afectado, abultado, elevado.
(***)
Exacerbación: Nuevo
empeoramiento de una enfermedad o incremento súbito en la gravedad de la
sintomatología.
1.- La aparición
de los tofos (3.1), consistentes en pequeñas masas a base de
concentraciones de ácido úrico precipitado de la sangre, que se
engruesan lentamente, hasta alcanzar las dimensiones de una nuez e incluso de
un huevo. Se forman en las proximidades de las articulaciones (especialmente
de las manos), a lo largo del curso de los ligamentos periarticulares y de los
tendones musculares, en las cabezas óseas, las bolsas serosas, esqueleto
cartilaginoso del pabellón auricular, etc. Dolorosas y blandas al principio,
estas concreciones se vuelven seguidamente indoloras o casi y de dureza casi
pétrea, como consecuencia de calcificación. En cierto punto pueden incluso
entrar en regresión y desaparecer; no obstante, de ordinario crecen
lentamente de volumen apareciendo como nudosidades blancoamarillentas a
través de la piel situada por encima, cada vez más distendida y adelgazada,
piel que por encima de los tofos (pasta formada por cristalillos de
ácido úrico, de sodio, de calcio, de colesterol, así como de detritos
celulares). Los tofos abiertos y vaciados de este modo pueden
fácilmente infectarse y supurar;
2.- La deformación
progresiva de las articulaciones, como consecuencia tanto de la aparición
de los tofos como, principalmente, de las alteraciones anatómicas
producidas en los distintos elementos constitutivos de la articulación
(desviación de las cabezas óseas articulares que pueden incluso experimentar
subluxaciones, engrosamiento y retracción de la membrana sinovial que ha
experimentado reiteradas inflamaciones, etc.). Estas deformaciones articulares
pueden alcanzar grados impresionantes, hasta el extremo de conferir un aspecto
desagradable a las partes atacadas (dedos de las manos y de los pies nudosos,
retorcidos, entumecidos, etc.). Es evidente que unas articulaciones de este
modo deformes se vuelven cada vez más sueltas y libres en sus movimientos,
durante los cuales producen ruidos y crujidos muy intensos; no es infrecuente
en los casos más graves la pérdida completa de la movilidad de la
articulación (anquilosis).
Por otro lado,
el individuo afectado de gota crónica, se halla fácilmente sujeto a
manifestaciones patológicas cutáneas (prurito vivo e insistente,
eccemas, fragilidad y fácil fisurabilidad de las uñas); dentarias
(caries, piorrea alveolar), oculares (conjuntivitis crónicas,
escleritis, queratitis); nasales (catarros crónicos); neurálgicas
(ciática, neuralgias intercostales, neuralgia facial); nervios cerebrales (cefalea
a menudo de tipo de hemicrania, insomnio, etc.); psíquicas (fácil
irritabilidad, crisis de melancolia, etc.).
Se denomina gota
visceral un conjunto de numerosos y variadísimos transtornos a nivel de
los órganos internos de la esfera digestiva (gastritis crónicas,
enteritis crónicas con accesos de diarrea, aumento del volumen del hígado,
colecistitis a veces de naturaleza calculosa, etc.); del aparato respiratorio
(bronquitis con recaídas); de los riñones (fácil aparición de
nefritis).
Terapéutica: El tratamiento del acceso gotoso agudo
consiste en el reposo absoluto en la cama, y la administración de colquicina
bajo estrecha vigilancia médica; en ocasiones, poco frecuentes, se hace
necesaria la utilización de otros medicamentos (analgésicos y
antiinflamatorios).
La
alimentación será ligera y exclusivamente a base de leche, fruta, verduras,
menestras (preferentemente de caldo vegetal).
En la gota
aguda, dejando aparte las crisis de accesos, y en la gota crónica, en el
tratamiento medicamentoso se utilizan órdenes de sustancias farmacológicas:
los uricosúricos (10), o sea aquellos fármacos que aceleran la
excreción urinaria del ácido úrico (lo que no siempre está exento de
riesgos, particularmente la calculosis renal); el probenecid (*)
constituye el más representativo de los uricosúricos (10); el segundo
orden de sustancias farmacológicas utilizadas en la gota son los bloqueantes
de la síntesis de ácido úrico, de una extraordinaria utilidad en la
gota; el más importante de ellos es el alopurinol (**).
(*) Probenecid: ácido p-(dipropilsulfanil)-benzoico, uricosúrico
(10) que actúa mediante la inhibición de la reabsorción tubular del ácido
úrico.
(**) Alopuriol:
Isómero de la hipoxantina
((9), derivado de la pirazolopirimidina; se utiliza como inhibidor de la xantinoxidasa
(7) en el tratamiento de la gota.
En la gota son
de gran importancia las medidas dietéticas, que persiguen un doble objetivo:
- reducir la
cantidad de los alimentos (de ordinario los gotosos son buenos comedores),
de modo que se deben ingerir solamente de 25 a 30 calorías por cada Kilogramo
de peso corporal del paciente (por eso, para un hombre de peso medio de 70 Kg,
la dieta que se considera más adecuada es la que proporciona unas 2.000
calorías por día).
- vigilar la
calidad de los alimentos, de modo que se eviten los alimentos ricos en nucleoproteínas
(1) y por tanto productores de ácido úrico en nuestro organismo
(cerebro, hígado, riñones, corazón, lengua y otras vísceras de cualquier
animal, salchichas, embutidos, salazones, arenques, sardinas, anchoas,
boquerones, truchas, tanto frescos como en conserva; carnes de caza, setas;
lentejas, guisantes, judías).
Teniendo en
cuenta estas exclusiones, las 2.000 calorías que aproximadamente se necesitan
cada día serán proporcionadas especialmente con alimentos ricos en glúcidos
(pan, pasta, arroz, patatas, etc.); en cambio, serán limitadas las grasas
(mantequilla, aceite, manteca de cerdo, carnes grasas como la de oca y de
cerdo, pescados grasos como la anguila) y las proteínas (carnes magras -
preferiblemente hervidas, porque con la cocción buena parte de las
nucleoproteínas pasan al caldo -, pescado blanco, huevos, quesos no picantes,
productos lácteos frescos, etc.). La leche, las verduras y la fruta se
tomarán sin limitación; la preparación de las comidas no deberá ser
demasiado condimentada, sabrosa o aderezada.
Prohibición
absoluta de licores y concesión limitada de vinos ligeros, café, té, etc.
Además de este
tratamiento dietético, se recomendará al paciente llevar una vida
higiénica: evitar la excesiva fatiga intelectual y material y la vida
demasiado sedentaria, vivir al aire libre o por lo menos efectuar frecuentes
paseos y realizar actividades deportivas.
Es aconsejable
el uso de aguas minerales diuréticas, alcalinizantes y sulfatosódicas
Contra las
artritis deformantes de la gota crónica ayudan los baños saladoyódicos, los
fangos, las curas físicas artificiales (rayos ultravioletas, ondas cortas,
baño de luz, etc.).
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Datos
históricos y origen de la palabra “gota”: La enfermedad fue conocida desde tiempos antiguos,
puesto que Hipócrates (en sus célebres aforismos), Galeno, Areteo de
Capadocia, Celio, Aureliano y otros médicos de la antigüedad hacen mención
de ella; no obstante, es preciso llegar al siglo XVII para tener, gracias a
Sydenham, una precisa y circunstancial descripción clínica de la afección
(descripción que le resultó bastante fácil, ya que también él sufría de
gota). En cuanto a la palabra “gota”, ésta hace la primera aparición en
documentos históricos de la segunda mitad del siglo XIII y parece que deriva
de la palabra latina gutta (gota), en relación con las
creencias patogenéticas de los médicos árabes y cristianos de aquella
época, que atribuían el origen de la afección a una filtración “gota a
gota” de malsanos humores sanguíneos al interior de las articulaciones,
donde luego precipitarían tras haber inflamado los tejidos articulares.
A finales del
siglo XVIII, algunos especialistas sospecharon que la enfermedad puede ser
derivada de una alteración del metabolismo del ácido úrico, sospecha
comprobada en 1.848 por Garrod, que demostró el aumento de uricemia en los
enfermos afectados de gota. En los tiempos modernos, una más atenta
valoración de los factores que favorecen la aparición de la enfermedad ha
permitido profundizar notablemente la etiología de la afección, ampliando de
este modo el cuadro de nuestros conocimientos.
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TRATAMIENTO DE
LA GOTA EN MEDICINA NATURAL
GEOTERAPIA.- El tratamiento con la arcilla, será
una cura interna vía oral, de agua de arcilla blanca (sin arena) con zumo de
limón y cloruro de magnesio:
DURANTE 10 DIAS: Comenzar con una cucharadita de las de
café “moka” al día de arcilla blanca, con el zumo de medio limón y una
cucharadita de las de “moka” de cloruro de magnesio, e ir incrementando la
dosis progresivamente de arcilla blanca, observando las evacuaciones y las
reacciones, el aumento de la dosis tiene que ser perfectamente soportada,
hasta llegar a la dosis máxima de tres cucharaditas de las de café “moka”
al día, pero sólo de arcilla, la dosis de limón y cloruro de magnesio será
siempre la misma.
PREPARACIÓN: Se preparará siempre por la noche antes
de acostarse. En un vaso de agua (que no sea del grifo), se disolverá 1
cucharadita de las de café “moka” de arcilla blanca con el zumo de medio
limón y una cucharadita de las de café “moka” de cloruro de magnesio y
se dejará reposar toda la noche. A la mañana siguiente beber el agua del
vaso sin removerlo ni agitarlo, procurando que la arcilla quede en el fondo
del vaso. Observar durante el día las evacuaciones. Al día siguiente repetir
la operación con dos cucharaditas de las de café “moka” de arcilla
blanca. Observar la reacción. Al tercer día repetir la operación con tres
cucharaditas de café “moka” de arcilla blanca. Observar la reacción. Si
a partir del tercer día las evacuaciones son normales repetirlo cada día
hasta el día que haga 10. Las dosis que se incrementaran siempre serán
las de arcilla blanca, nunca las de limón y cloruro de magnesio.
Durante la
crisis, tomar baños de pies de agua arcillosa incorporándole una decocción
de 200 gr. de flores de heno en un litro de agua y otra decocción de 200 gr.
de paja de avena igualmente en un litro de agua. Baño de pies muy caliente a
42 º C. durante 15 o 30 minutos.
Aplicaciones
diarias, o días alternos de cataplasmas frías y espesas de arcilla verde
sobre las partes afectadas. Para aumentar la eficacia del tratamiento, se
podrá aplicar una cataplasma caliente de flores de heno seguida
inmediatamente de la cataplasma fría de arcilla verde. Dos veces por semana
medio baño o baño completo con agua de arcilla y flores de heno. Incorporar
2 Kg. de arcilla, a una temperatura de 38 º C., durante 10 minutos. Los días
sin baño, chorro de agua fría en las piernas y en los brazos.
HIDROTERAPIA.- Con el fin de estimular el metabolismo
y activar la circulación sanguínea de las articulaciones, es aconsejable
efectuar el lavado hidroterápico total del cuerpo por las mañanas. Baños de
pies de temperatura alternante o chorros fríos (rodillas, brazos, etc.), son
también de gran utilidad, junto con procedimientos sudoríficos tanto en
forma de saunas como ejercicio físico moderado.
FITOTERAPIA.- A parte de las infusiones con plantas
medicinales, es necesaria una dieta estricta, a base de zumos, fruta y un
severo tratamiento de alimentos vegetales crudos, entre los cuales debe ocupar
el primer lugar el ajo, la cebolla, el puerro, el apio, perejil, zanahoria,
levadura de cerveza, miel y limón.
Si queremos
erradicar de forma duradera la gota, es imprescindible adoptar una dieta
eminentemente vegetariana. Además de evitar el consumo de café, té, bebidas
alcohólicas, bebidas a base de colas y bebidas carbónicas.
Una tisana
particularmente eficaz es la siguiente: 20 gr. de cada de raíces de
zarzaparrilla, raíces de saponaria y hojas de gatuña, y 15 gr. de cada de
corteza de agracejo, raíces de betónica, raíces de hinojo y raíces de
brusco. En un litro de agua hirviendo poner dos cucharadas colmadas de la
mezcla y dejar hervir durante 10 minutos. Retirar del fuego y dejar en
infusión un cuarto de hora. Endulzar con miel, tomar una taza por la mañana
en ayunas y el resto lejos de las comidas.
-- También es
aconsejable esta otra tisana: Partes iguales de ortiga verde, agracejo, hojas
de abedul, cola de caballo, reina de los prados, estigma de maíz y ginkgo
biloba. Cucharada sopera de la mezcla por taza de infusión. Beber
abundantemente durante la crisis de gota.
CURA DE
LIMÓN.- Además de
someterse a una dieta vegetariana estricta, como hemos dicho, y hasta que
desaparezca la dolencia, será necesario tomar abundantes zumos de frutas y
verduras durante el día, además, por las mañanas en ayunas tomar un gran
vaso de zumo de limón, para poder eliminar del organismo las toxinas
depositadas en exceso por la proteína animal, ya que es precursora de la
formación de ácido úrico en el organismo.
REFLEXOTERAPIA.- Masajear: primero en plexo solar, para
relajar a la persona con dolencia de gota, luego, y por este orden, zonas de:
suprarrenales, riñones, uréteres, vejiga, tiroides y la de la articulación
correspondiente.
OLIGOTERAPIA.- Como coadyuvante de los mencionados
tratamientos, podemos tomar, una ampolla de Germanio (Ge) por la
mañana antes de la tisana, el germanio está indicado en reumatismos, y por
la noche antes de acostarse tomar una ampolla de Cobre (Cu), ya que
este oligoelemento tiene una función antiinflamatoria y antiinfecciosa por
excelencia, además de estimular las funciones de autodefensa del organismo.
TERAPIA
MINERAL.- Sales
bioquímicas del Dr. Schüssler: (1) Ferrum phosphoricum, durante el
ataque de gota con fiebre, 1 comprimido cada ¼ de hora. En ataques de gota
sín fiebre (2) Natrium phosphoricum, 1 comprimido cada ¼ de hora.
Después de la crisis: (3) Silícea, 1 comprimido 3 veces al día,
o,(4) Calcium phosphorucum, 1 comprimido 3 veces al día.
En tofos
(3.1): Silícea o (5) Calcium floratum, 1 capsula 3 veces al
día.
Información de
las biosales:
(1). Ferrum
phosphoricum: Fosfato
de hierro, FePO4 x 4 H2O. La importancia del hierro en el organismo es
esencial; nadie duda ya del papel vital que desempeña en el organismo. El
hierro no sólo es un componente imprescindible de la hemoglobina sino que se
encuentra en todas las células, interviene en múltiples procesos
enzimáticos y ejerce funciones importantes en los mecanismos de defensa
frente a las infecciones.
En la infancia
es necesario para un crecimiento normal. Por la misma razón es imprescindible
también durante la menstruación y en la gestación y el período de
lactancia.
(2). Natrium
phosphoricum: Fosfato
sódico, monohidrogenofosfato sódico Na2HPO4 x 12 H2O. Está muy extendido
por todo el organismo: en células nerviosas y nervios, en los músculos, en
los hematíes y el tejido conectivo. Mantiene el ácido úrico en solución
para su eliminación a través del riñon.
Natrium
phosphoricum es importante para la eliminación de los productos metabólicos.
También desempeña una función esencial en el intercambio de ácido
carbónico (efecto tampón) y en el metabolismo del ácido láctico que el
organismo produce a partir del glucógeno con el trabajo muscular.
(3). Silícea: Acidum silicicum, ácido silícico o
anhídrido de ácido silícico, cuarzo, arena, SiO2 x H2O. Es imprescindible
en el organismo (esencial) como componente del tejido conectivo. Silícea es
importante para la constitución de piel y mucosas y para el crecimiento de
uñas, cabello y huesos. Silícea aumenta la capacidad de resistencia y la
resistencia mecánica de los tejidos. Los pulmones, los ganglios linfáticos y
las glándulas suprarrenales contienen cantidades importantes de silícea.
El silício,
como componente principal de silícea, es después del oxígeno el segundo
elemento más frecuente en la corteza terrestre. Silícea está relacionado de
forma especial con el metabolismo calcáreo. El ácido silícico interviene
junto a otras sustancias en la asimilación del calcio contenido en los
alimentos. Activa la formación de los colágenos (compuestos proteínicos
estructurales) y estimula la actividad de los fagocitos, tan importantes para
la defensa del organismo frente a las infecciones.
(4). Calcium
phosphoricum: Fosfato
cálcico, bifosfato cálcico, CaHPO4 x 2 H2O, es la sal más abundante en el
organismo humano.
Es el agente
bioquímico responsable de la construcción y el fortalecimiento de todas las
estructuras del organismo; fundamentalmente configura la masa ósea dura,
aunque está; presente en todas las células. Calcuim phosphorucum actúa
sobre las membranas celulares limitantes e interviene en la síntesis
proteínica.
(5) Calcium
floratum: Fluoruro
cálcico, espatofluor, CaF2,, se encuentra en el esmalte dental, en los huesos
y en las células de la epidermis, sobre todo donde exista tejido elástico.
El agente descarga el aparato circulatorio y favorece los pequeños vasos
sanguíneos. Además estimula la reabsorción de las induraciones vasculares.
Joan Sisa para ecoaldea,com
Esta información ha sido extraída del cd rom Prevenir y Curar Enfermedades y Dolencias
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