Nombres:
-
Genérico:
Eucalyptus globulus Labillandière
-
Castellano:
Eucalipto
-
Catalán:
eucaliptus
-
Gallego
y portugués: eucalipto, eucalito
-
Francés:
gommier blanc, arbre à la fièvre
-
Inglés:
fever tree, blue gum tree
-
Holandés:
eucalyptusboum, koortsboom
-
Alemán:
Eukalyptusbaum, Fieberbaum, Fieberheilbaum
-
Italiano:
eucalipto
Origen:
Australia y Tasmania
Número
de especies: 130
Parte
medicinal utilizada: Hojas de ramas adultas y frutos para obtener
AA.
Altura:
Hasta 40 metros y 100 metros en su hábitat natural
Componentes
principales: Flavonoides, aceite esencial (hasta 3%), cineol, alfa-pineno,
eudesmol, canfeno, l-pinocarvona, mirtenal, carvona, alcoholes sesquiterpénicos,
aldehídos, taninos, ácido elágico, eucaliptina.
Propiedades
medicinales: balsámico, expectorante, estimulante de las
células secretoras de la mucosa bronquial, antiséptico, febrífugo,
hipoglucemiante, astringente.
Observaciones
importantes: No se debe de utilizar en absoluto preparados que contengan
eucalipto junto con el yodo.
El
eucalipto es un árbol polémico allí donde se implante.
Sin embargo, a lo largo de todo este siglo las plantaciones con esta especie
se han sucedido una tras otra y actualmente ocupan una amplia extensión
del territorio nacional.
El
estudio de los efectos que el eucalipto induce sobre el medio natural es
complejo y parece haber una gran controversia al respecto. En principio,
toda alteración de un ecosistema natural provocará un desequilibrio
cuya degradación dependerá en gran medida de su posible reversibilidad
en el futuro. Un suelo, se verá degradado si sufre una pérdida
o transformación de sus propiedades, que reviertan de forma irremisible
en su fertilidad física o química. La influencia de la vegetación
en estos procesos no parece ser fundamental, pero si se reunen determinadas
características ambientales (determinado material originario, pluviosidad,
topografía desfavorable,....) la presencia de un tipo de especies
vegetales u otras favorecerá los procesos formadores de suelo o,
por el contrario, los procesos degradantes.
Sin
embargo, los posibles efectos de este árbol sobre sus suelos no
está todavía lo suficientemente claro. Por una lado, ecologistas
y campesinos alarman sobre los efectos desecantes, acidificantes, esterilizadores
y desmineralizadores del eucaliptal. Por otro, no hay estudios científicos
en muchas zona que puedan verificar tales acusaciones y para la Administración
estas plantaciones son el “milagro” de la productividad por encima de cualquier
consideración. Ante todo, hay que evitar caer en tratamientos simplistas
a la hora de criticar las plantaciones de eucalipto, ya que lo que es recomendable
en un lugar puede ser nefasto en otro, pero también hay que ser
cautelosos con toda intervención en la naturaleza y realizar estudios
de impacto antes de proceder a una plantación..
Generalidades
El
eucalipto es un árbol perennifolio de la familia de las mirtáceas,
que se caracterizan por la presencia de glándulas oleíferas
en todos sus órganos. Es originario de Australia, Tasmania y Nueva
Guinea con una dispersión natural en latitudes desde 7ºN a
43º39’S. En total, hay más de 600 especies diferentes, la mayor
parte de las cuales son endémicas de Australia. En este continente,
de hecho, el 90% de la vegetación está dominada por algún
tipo de eucalipto. Dada la gran variedad de sus ecosistemas y la enorme
diversidad del género, es posible encontrar eucaliptos adaptados
a todo tipo de condicionantes ecológicos (FAO,1981).
Por
sus elevadas producciones potenciales (maderas de sierra, celulosas, leñas,
postes, aceites esenciales...), por sus cualidades protectoras (fijación
de dunas, pantallas cortavientos, desecación de terrenos encharcados....)
o por sus valores estéticos (parques, lindes de caminos...), algunas
de sus especies han sido introducidas y cultivadas en muchos países
exteriores a su área de distribución natural.
Introducción
en España
En
Europa se dieron a conocer a lo largo del siglo XIX. Llegaban importados
desde Australia por su exotismo y vertiginoso crecimiento. Pronto, esta
última cualidad llamaría la atención de propietarios
de terrenos en España, que veían en el magnífico árbol
la solución a sus penurias económicas. En un principio, los
resultados eran desiguales por la falta de conocimientos técnicos.
Sin embargo, en poco tiempo estos impedimentos se solventaron y el eucalipto
demostró su gran capacidad de aclimatación a los terrenos
del país, incluso en los suelos demasiado degradados para otras
alternativas (Noriega, 1987). Desde entonces, las plantaciones se hicieron
frecuentes en toda España y hacia 1926, cuando el estado puso en
práctica la Ley del Plan General de Repoblación Forestal,
el rendimiento de este árbol quedaba fuera de toda discusión.
La
política repobladora ha tenido como un de sus objetivos principales,
desde la aprobación del Plan General de Repoblación en 1941,
el empleo de especies productivas en las repoblaciones forestales para
abastecer a las industrias madereras (Aedo et al, 1990). El pino y el eucalipto
han sido, por tanto, las especies más favorecidas en estos planes
y ocupan actualmente una gran extensión en los montes. El eucalipto,
con 550.000 Ha, representaba ya un 1% del territorio nacional en 1988,
según los datos del Inventario forestal del eucalipto de ASPAPEL/EILA
(Montoya,1995). Es interesante conocer que, con estos datos, España
ocupa el tercer lugar, después de Brasil e India, en cuanto a superficie
plantada por eucaliptos fuera de su lugar de origen (FAO,1981). En la actualidad,
se encuentran en nuestro país dos regiones con importante presencia
de estas plantaciones:
*SO
(Huelva, Badajoz, Sevilla y Cáceres, por este orden) con una preferencia
por la especie Eucalyptus camaldulensis.
*NO
(La Coruña, Lugo, Pontevedra, Cantabria, Oviedo..) con preferencia
por Eucalyptus globulus .
E.camaldulensis
es más tolerante a las heladas cortas, lugares secos y mal drenados
que Eucalyptus globulus, que sin embargo encuentra su óptimo en
la zona húmeda de España. La presencia de otras especies
es minoritaria, encontrándose presentes en ensayos o experiencias
muy localizadas E.resinifera, E.diversicolor. E.regnans, E.oblicua, E.mackearturi,
E.delegatensis, E.dalrympleana, E.viminalis...(Calvo de Anta, 1992).
.
Eucalyptus globulus
El
Eucalyptus globulus fue descubierto por Labillardière en Tasmania
en 1779. Su apellido se atribuye a la semejanza que tienen sus frutos con
unos botones entonces de moda, llamados globulus (Ruiz,1979).
Es
un árbol de porte recto que sobrepasa frecuentemente los 50m. y
los 1,50m. de diámetro. El mayor ejemplar que se cita en España
es el eucalipto de Chavín (Lugo) con 80m. de altura y más
de 6 m. de circunferencia en la base del tronco (Montoya,1995). Estas dimensiones
se alcanzan en árboles de avanzada edad, aislados o en alineaciones,
pero nunca en cultivos forestales, pues en estos se cortan para su aprovechamiento
maderero cuando todavía tienen dimensiones bastante menores.
Se
caracteriza y reconoce fácilmente por su corteza, que se desprende
en tiras tras permanecer colgando del árbol durante un cierto tiempo.
Otro rasgo llamativo es su heterofilia (hojas jóvenes son opuestas,
sentadas, acorazonadas, tiernas y afieltradas mientras que las maduras
son alternas, pecioladas, falciformes y sin pelos). La copa no es demasiado
frondosa y, por tanto, no ofrece abrigo de lluvia ni de sol. Contiene abundantes
aceites esenciales que se explotan en la industria química y farmacéutica
y sus flores son frecuentadas por las abejas que producen una miel de excelentes
cualidades.
Se
le considera como la especie leñosa más difundida actualmente
en el mundo, habiendo sido también el primer eucalipto que se extendió
por el hombre fuera de su hábitat natural.
Su
distribución natural es muy reducida y se limita a la región
S de Australia y Tasmania.
En
España se concentra más del 50% del población mundial
de Eucalyptus globulus (FAO,1981). Su distribución se localiza básicamente
en el Norte peninsular aunque también se ha ensayado con el en Andalucía
y Extremadura
Introducción
de Eucalyptus globulus en España
Su
entrada en Europa parece que se produjo hacia 1829 en Portugal. En España
su primera cita se encuentra en Galicia en 1863. Aparentemente, se trataba
de unas semillas que un fraile evangelizador mandó desde Australia
a su familia en Tuy (Ruiz,1979).
En
un principio el interés de esta especie era botánico u ornamental.
Más tarde, se empleó como árbol típico de lindes
de caminos o fincas. Ya a principios de siglo, su elevada productividad,
unida a su frugalidad y plena adaptación al territorio motivaron
su utilización en repoblaciones con fin de aprovechamiento maderero.
Su expansión desde entonces ha sido imparable. Por un lado, sus
semilla germinan muy bien, tiene una estupenda regeneración a partir
de los rebrotes de tallo y tocones y presenta un cierto carácter
pirófito (no sólo resiste muy bien a los incendios sino que
además les son favorables pues al regenerarse mucho más rápido
que otras especies eliminan la competencia). Por el otro, tiene el beneplácito
de la Administración que mediante su política forestal no
sólo realiza importantes labores de “repoblación” (tanto
en montes públicos como en montes comunales y privados) sino que
también concede subvenciones y ayudas técnicas a los particulares
que, vista la crisis en los sectores ganadero y agrícola, han visto
la luz en una opción más rentable y menos trabajosa.
Ecología
Características
climáticas
Prefiere
los climas húmedos y sin heladas. La temperatura media debe ser
superior a 3ºC con el óptimo entre 10-15,5ºC. La pluviosidad
anual debe ser de unos 500-1520 mm. repartidos con regularidad a lo largo
del año (De la Lama,1976). Su distribución natural se localiza
en climas templado-húmedos bastante parecidos a los que se dan en
el Norte de España (ver tablas 1 y 2).
Son
limitantes de su crecimiento las heladas y las bajas temperaturas (que
afectan de forma particular a individuos jóvenes, sobre todo en
presencia de nieblas), los vientos fuertes y las sequías (FAO;1981).
Tampoco se ven favorecidos por la sombra, por lo que soporta mal la cubierta
o la competencia de otras especies.
Características
edáficas
Es
poco exigente en cuanto a suelos se refiere, pero para su óptimo
desarrollo deben tener una cierta calidad.. Se da bien en suelos silíceos
y poco arcillosos así como en suelos calcáreos con lavado
previo de carbonatos. Sólo ve afectado su desarrollo en suelos salinos
o suelos hidromorfos. También se apunta que las rociaduras salinas
en las proximidades a la costa pueden ser un factor limitante (FAO,1981).
Requieren
un sustrato con un pH entre 5 y 7,2 pero pueden darse de forma satisfactoria
a pH más bajos (Pintos,1979).
Los
suelos autóctonos del eucalipto en Australia y Tasmania apenas desarrollan
el horizonte A. Tienen un potente horizonte E que contacta discontínuamente
con un horizonte Bt con procesos de gleyzación (Guerra, comunicación
personal).
Características
Altitudinales
Su
distribución es potencialmente litoral hasta los 500m. disminuyendo
su productividad según se sube en altura (De la Lama,1976). En el
Norte de España, y por actuar el frío como factor limitante,
se planta desde los 0 hasta los 350m., aunque en climas más suaves
y próximos al mar puede subir hasta los 550m..
EFECTOS
DE EUCALYPTUS GLOBULUS SOBRE EL SUELO.
A
todos nos es familiar las acusaciones de ecologistas y campesinos que inculpan
al eucalipto de degradar de forma irreversible los suelos. Los problemas
a los que se alude más frecuentemente son:
*una
acidificación extrema, con todo lo que ello implica para la estructura
del suelo y para la microfauna y la flora.
*un
descenso del nivel freático,que afecta a cauces de agua, pozos,
fuentes y provoca la desecación de cultivos en las inmediaciones
de las plantaciones.
*una
pérdida sustancial de nutrientes, que deja empobrecidos a los suelos
para un aprovechamiento posterior.
*un
descenso en la biodiversidad de los ecosistemas, que “esteriliza” a las
plantaciones de flora y fauna autóctona y de microorganismos en
el suelo.
*una
pérdida de suelo por erosión, que hace aflorar la roca en
aquellas plantaciones que se realizan sobre terrenos inclinados.
Por
el contrario, los estudios científicos al respecto no sólo
no se muestran tan catastrofistas, sino que, por lo general, tienden a
desmitificar tales indicios. En España, la mayor parte de la investigación
se ha realizado en los suelos de Galicia desde las universidades de Santiago
de Compostela y de Vigo. También existe bastante bibliografía
acerca de los eucaliptos en el SO peninsular, pero en este caso aluden
al otro eucalipto de importancia en nuestro país, el Eucalyptus
calmadulensis.
Las
conclusiones de los estudios gallegos son que, si bien no se puede afirmar
nada con seguridad por el poco tiempo que llevan las plantaciones en España,
Eucalyptus globulus no parece afectar de forma negativa al suelo o, al
menos, no parece ser más perjudicial que las repoblaciones de pinos
(P.radiata fundamentalemnte) o incluso que las formaciones “climácicas”
de robles (Quercus robur). Estas conclusiones pueden ser perfectamente
válidas para los suelos desarrollados sobre sustratos ácidos,
como es el caso de Galicia. Sin embargo, las repercusiones del eucalipto
en los suelos desarrollados sobre materiales carbonatados podrían
ser diferentes de alguna manera y sus efectos no están lo suficientemente
investigados.
.Efectos
acidificantes.
Los
reguladores de pH en el suelo
La
mayor parte de los sistemas terrestres son de carácter abierto con
una dinámica de tipo sustractivo que provoca un lavado paulatino,
por drenaje, de los elementos más solubles (cationes alcalinos y
alcalinotérreos) a favor de los medios endorréicos. En consecuencia,
la acidificación de los sistemas terrestres podría ser interpretada,
en un principio, como una tendencia natural (Calvo, 1992).
Esta
tendencia puede presentar una cinética variada dependiendo de las
condiciones climáticas, topográficas, del drenaje.. y del
tiempo de actuación de los procesos de edafogénesis.
El
pH observado en un suelo, en cada momento, será la resultante entre
procesos naturales de tendencia “acídica” (CO2, materia orgánica,
formas reducidas de hierro, manganeso, nitrógeno, azufre, etc..así
como procesos que actúan eliminando o diluyendo las sustancias de
carácter básico) y procesos amortiguadores específicos
de los diferentes ambientes edáficos (mecanismos reguladores que
se originan por la propia naturaleza de sus componentes). En general, se
puede afirmar que:
*los
medios controlados por silicatos o carbonatos sódicos presentan
una reacción fuertemente alcalina, superior a 9.
*los
medios controlados por sulfatos o carbonatos de Ca, Mg y Na (en los que
el Na no es dominante), el pH decrece ligeramente por debajo de 9.
*los
medios calcáreos tienen un equilibrio característico con
un pH próximo a 8
*los
medios neutros, que se encuentran en la mayor parte de la Península
Ibérica, aparecen tamponados en un intervalo de pH 6-7,5 debido
a la presencia de CaCO3, arcillas 2:1 saturadas en bases, etc.
*los
medios con pH inferiores a 6 suelen venir caracterizados por la existencia
de arcillas 1:1 más o menos saturadas.
Mientras
un sistema permanece controlado por alguno de estos componentes sus valores
de pH no se modifican. Sólo cuando las “fuerzas ácidas” (y
el tiempo, la pluviosidad, el drenaje..) consigan hacer desaparecer estos
tampones se producirá un descenso del pH. En la naturaleza, estos
procesos se producen normalmente a escalas de tiempo de cientos-miles de
años. Por tanto, la mayor o menor sensibilidad de un medio ante
un posible impacto ácido vendrá determinada por su propio
estado ácido-base, la cantidad y naturaleza de sus agentes tampón
y, en última instancia, de las características del nuevo
sistema hacia el que se produzca su evolución (Calvo, 1992).
Otro
factor decisivo a la hora de interpretar los equilibrios ácido-base,
es el papel que juegan los compuestos alumínicos. El aluminio es
un elemento anfótero, que actúa como agente ácido
en medios neutros y básicos y, por el contrario, es un consumidor
de hidrogeniones en suelos ácidos. En estos últimos, actúa
como un amortiguador frente a posibles entradas protónicas y, en
tanto no se agoten los minerales capaces de dar iones alumínicos,
está asegurado el pH en un rango de 4,5-5
El
efecto acídico del eucalipto
Los
tejidos vegetales tienen una serie de compuestos orgánicos con carácter
ácido. El agua de lluvia que atraviesa las hojas o la corteza sufre
un importante descenso del pH, y esta acidificación es más
o menos acusada según el tipo de formación arbórea
que se considere. En el eucalipto puede suponer hasta un punto menos de
pH en el agua de pluviolavado con respecto al roble y una diferencia levemente
menor para el caso del escurrido a lo largo del tronco. Este flujo del
tallo, sin embargo, supone una concentración de la precipitación
en las inmediaciones de las raíces del árbol de modo que
la acción conjunta del lavado y la acidificación pueden ser
causa de degradación extrema, llegando incluso a la podsolización
(Calvo et al, 1979).
En
lo que se refiere a procesos biológicos productores de protones,
no se conoce bien todavía la influencia de la vegetación.
Los parámetros utilizados en los trabajos científicos para
comparar el “potencial ácido” de distintas especies vegetales son
la mayor o menor cantidad de microflora, la tasa de descomposición
foliar, la producción de CO2, las relaciones bases/protones resultantes
del proceso de desmineralización, la cantidad y tipo de ácidos
orgánicos producidos, etc. En los estudios realizados en la Universidad
de Santiago de Compostela por Calvo (1992) y Bará (1985) el potencial
ácido de las distintas especies estudiadas (Pinus radiata, Quercus
robur y Eucalyptus globulus ) varía en función de los parámetros
empleados, no llegando, por tanto, a conclusiones definitivas. Así,
por ejemplo, en lo que se refiere a la producción de ácidos
orgánicos, las hojas de Eucalyptus globulus parecen indicar un mayor
potencial ácido. Sus residuos orgánicos dan lugar a complejos
organometálicos de gran movilidad ya que, como resultado del proceso
de humificación, hay una mayor producción de ácidos
fúlvicos de carácter ácido que se unen al Fe y el
Al formando quelatos. Se favorece, por tanto, la presencia de un humus
agresivo (pH de 3-3,5) que libera una gran cantidad de hidrosolubles degradantes
de los minerales por ataque hidrolítico (Guerra, comunicación
personal).
En
lo que se refiere a las relaciones bases/protones, es el eucalipto la especie
con mayor incremento en la suma de bases en los horizontes superficiales.
Una posible explicación de este hecho podría ser el mayor
bombeo ejercido por las especies de crecimiento rápido sobre los
iones básicos existentes en el subsuelo, parte de los cuales revertiría
de nuevo en la superficie a través de la caída de la hojarasca.
En
general, el eucalipto presenta unas características acidificantes
para el suelo que, sin embargo, no parecen ser significativamente importantes
respecto de otras especies forestales de bosques o repoblaciones españolas,
como los robles o los pinos (menos acidificantes los primeros y más
los segundos, en comparación con el eucalipto).
Efectos
sobre el ciclo del agua.
El
efecto del eucalipto sobre el ciclo del agua es quizá uno de los
más rápidos en ser comprobados. Como cualquier especie de
crecimiento rápido, el eucalipto utiliza grandes volúmenes
de agua (si está disponible) para producir en poco tiempo una importante
cantidad de biomasa. En este sentido, Eucalyptus calmadulensis es mucho
más agresivo que Eucalyptus globulus (Montoya,1995) y, en pocos
años, plantaciones de pequeña extensión son capaces
de desecar los terrenos de cultivos colindantes imposibilitando su aprovechamiento
agrícola (Jornadas del eucalipto, 1978). En el norte los problemas
no son tan acusados ya que la pluviosidad es elevada. Eucalyptus globulus
se aclimata de forma bastante eficaz sin presentar excesivos problemas
para los niveles freáticos.
Hay
diversos modos de interceptación del agua de precipitación:
*absorción a través de las raíces, en la que Eucalyptus
globulus es muy eficaz debido al fuerte desarrollo de su sistema radicular.
*agua de pluviolavado o retenida por la cubierta vegetal. Es más
acusada cuanto más escasa y repartida se produzca la lluvia, y diferente
según la especie, densidad de población, altura, edad, etc..
*evapotranspiración, característica de cada especie vegetal.
En el eucalipto es muy elevada y es muy probable que, durante el periodo
húmedo, la evapotranspiración de un eucaliptal sea muy próxima
a la evapotranspiración potencial dado que no existen limitaciones
de agua (Calvo,1992).
*escorrentía o agua que circula superficialmente por el horizonte
superior. Puede ser causante de importantes pérdidas de suelo por
erosión, principalmente en terrenos inclinados, pero no afecta al
nivel de los caudales de agua.
*flujo de tallo o agua que escurre a lo largo del tallo. Se valora por
la forma en que afecta a la distribución de agua en el suelo ya
que actúa en un pequeño círculo alrededor de cada
pie de planta donde puede suponer desde 2 a 8 veces la precipitación
(Calvo et al, 1979). Probablemente son aguas que infiltran rápidamente
hacia las capas más profundas del perfil.
La
extaordinaria productividad del eucalipto y los altos valores de evapotranspiración
de sus hojas hacen del eucalipto un árbol con un enorme consumo
de agua. La mayor parte de los estudios hacen una estimación global
de este consumo en base a registros de humedad del suelo o al descenso
de caudal de agua de las cuencas forestadas. Los resultados obtenidos sobre
sistemas de eucaliptal son muy variables, con valores entre 400 y más
de 1500 mm., dependiendo de la disponibilidad de agua (Calvo,1992). Estos
valores quizá no representen un problema para los suelos de gran
parte del norte de España, pero si pueden darse situaciones locales
con condiciones relativamente edafoxéricas o años más
secos de lo normal, en los que el eucalipto consume prácticamente
el 100% de la precipitación. Entonces, Eucalyptus globulus, con
su fuerte desarrollo radicular, compite ventajosamente con la vegetación
que le rodea y puede afectar al nivel freático. Según la
magnitud del proceso se pueden ver afectados no sólo los suelos
de la plantación y los circundantes, sino que también puede
suponer un descenso en el caudal de pequeños arroyos y las reservas
de pozos y fuentes no demasiado profundos.
Otras
especies forestales de crecimiento rápido, como los pinos, presentan
también grandes consumos de agua. No obstante, las tasas de evapotranspiración
suelen ser siempre algo menores y el eucalipto es, comparativamente, el
árbol de repoblación con mayor consumo de agua. De hecho,
una de las razones por las que se empezó a utilizar el eucalipto
en España, fue para desecar terrenos encharcados donde criaban larvas
de mosquitos transmisores de la malaria. Esta característica es
necesario considerarla siempre antes de acometer una plantación,
pues puede suponer un fuerte impacto en aquellas zonas donde al agua no
es especialmente abundante.
Efectos
sobre el ciclo de nutrientes.
La
principal fuente de nutrientes en los suelos es la roca madre. Desde que
aflora a la superficie se van liberando sus elementos constituyentes por
la acción sobre ella de los agentes climáticos (directamente
por el agua de precipitación y la temperatura e indirectamente por
una mayor o menor actividad de microorganismos, humedad, tipo de vegetación...).
El contenido en elementos nutritivos de un suelo está en función,
por tanto, de la naturaleza del material originario. Su estado, en un determinado
momento, será el resultado de la acción de los distintos
factores que han participado en su formación. A partir de un mismo
material originario, el clima, los seres vivos, la topografía y
el tiempo que haya transcurrido desde el afloramiento de la roca, permitirán
el desarrollo de uno u otro tipo de suelo reuniendo características
más o menos favorables para el asentamiento de la vegetación.
El
consumo neto producido por una determinada especie forestal es mucho mayor
durante los primeros años de crecimiento que cuando ésta
llega a alcanzar un cierto desarrollo. En formaciones equilibradas maduras
llega un momento en que prácticamente se igualan las sustracciones
con los aportes en forma de materia orgánica. Esto es igualmente
válido para los eucaliptos, que en su medio natural dan lugar a
suelos estables con un reciclaje de los elementos minerales a través
de la hojarasca. Sin embargo, en las plantaciones de este árbol
con fines industriales, los ejemplares nunca llegan a alcanzar edades elevadas.
Habitualmente los tiempos de rotación de los cultivos eran de 58
años y permitían una cierta recuperación de nutrientes
en el suelo. Actualmente, los ciclos se han reducido a menos de 20 años
e incluso a menos de 10. Con estos cortos ciclos de corta los sistemas
forestales con eucalipto suponen un descenso de las reservas del suelo
que, además, se incrementa por la acción del drenaje al tratarse
de una zona de precipitación intensa.
La
particularidad de los bosques de aprovechamiento es que buena parte de
lo sustraído es definitivamente retirado y sólo una pequeña
porción se recicla al sistema. De hecho, lo mismo ocurre con sistemas
de aprovechamiento agrícolas tradicionales (maíz, patata,
judías...) y éstos presentan balances netos de retirada de
nutrientes del medio mucho más elevados (Calvo,1992), lo que hace
imprescindible el abonado o el reposo de los terrenos para que puedan recuperar
su fertilidad.
Cuando
se realiza una tala, por tanto, se provoca una retirada definitiva de nutrientes
del suelo y, por lo tanto, una rotura del ciclo, que es mucho mayor cuando
no hay restitución de residuos de la corta, incluidas las cortezas
y ramas. Al margen de este tipo de impactos, las talas rasas son causa
de otro tipo de efectos tales como el incremento de riesgos de erosión
(al menos en regiones con lluvias torrenciales), cambios en las características
y distribución del ciclo del agua, etc..
Por
otra parte, la intensidad de las operaciones de tala es una de las variables
principales de los impactos provocados por las actividades forestales ya
que, obviamente, cuanto menor sea el ciclo de corta tanto más fuerte
es el desgaste producido. Sería interesante la realización
de talas selectivas en varios turnos que permitiesen el reciclaje de un
cierto nivel de nutrientes que fuera compensado con el lento avance de
la alteración de los materiales geológicos.
Las
operaciones de clareo exhaustivo también han de considerarse en
la retirada de nutrientes del suelo. Así mismo, habría que
destacar el empobrecimiento del suelo cuando se procede a la quema de residuos
vegetales previo a una plantación (esta práctica no es general
pero si se ha dado frecuntemente). Los eucaliptos recién plantados
se ven favorecidos por la fertilidad adicional y la falta de competitividad
en los primeros momentos pero para el suelo supone un empobrecimiento en
materia orgánica, incluida la que estaba incorporada al humus.
Independientemente
de los problemas generados por el sistema de aprovechamiento de los eucaliptales,
determinadas características de la hojarasca que produce Eucalyptus
globulus afectarán a la fertilidad del suelo por la alteración
del horizonte orgánico. Este horizonte, en plantaciones de eucalipto,
está formado únicamente por restos vegetales en vías
de descomposición. La actividad biológica macroscópica
está reducida, en comparación de horizontes similares bajo
praderas o bajo robledales (lo que contribuye negativamente a la aireación
y la remoción de tierra) y la relación C/N es alta, indicando
una mineralización del N más lenta y una menor actividad
biológica global. Todo ello, favorece la formación de un
humus moder forestal e incluso mor activo (Pintos, 1979). La materia orgánica
se degrada, por tanto, muy lentamente y, por su propia naturaleza constitutiva,
libera gran cantidad de polifenoles que inhiben la mineralización
de los compuestos orgánicos y la formación de complejos organominerales
(Guerra, comunicación personal).
El
resultado de toda esta dinámica es una disminución de la
cantidad y calidad de los coloides presentes en el horizonte orgánico,
con la consiguiente reducción de la fertilidad por el descenso de
la capacidad de intercambio catiónico global. Si, además,
sumamos la eliminación de elementos minerales del sistema provocada
por las talas de las plantaciones, se podría afirmar que los eucaliptales
tienen un efecto degradativo en el ciclo de los nutrientes del suelo. Sería
interesante, en este sentido, olvidarnos de Eucalyptus globulus como una
especie de “repoblación” y considerar sus plantaciones como un cultivo
más, al que habría que fertilizar cada cierto tiempo para
no comprometer su futura productividad.
Efectos
sobre la Biodiversidad
El
eucalipto es un árbol muy eficaz en la competencia con otras especies
vegetales. En Australia se encuentra dominando la mayor parte de las formaciones
naturales y compone ecosistemas de extraordinario valor ecológico.
En
los países donde es alóctono, sin embargo, suele caracterizarse
por su agresividad respecto a posibles especies acompañantes. Compite
ventajosamente por el agua y los nutrientes y sus hojas exudan sustancias
alelopáticas que impiden la germinación de gran número
de especies vegtales. Por otro lado, las tareas de preparación del
terreno para la siembra, despojan a éste de toda vegetación
anterior. La perturbación del suelo y las modificaciones que introduce
el eucalipto en el sistema bastarán para reducir considerablemente
la diversidad de la vegetación, máxime cuando se realizan
tareas de aclareo de matorral cada par de años en un intento de
mejorar la productividad de los eucaliptales (algo bastante frecuente).
La
capacidad de la vegetación para recuperar su orignalidad tras una
plantación dependerá directamente de las características
del suelo y de la climatología. Los suelos más profundos
y eutróficos bajo climas húmedos verán facilitada
la restauración de sus condiciones originales, al poseer una importante
fuente de recursos nutritivos y no tener restricciones importantes de agua.
La
fauna también se ve afectada por los eucaliptales. Eucalyptus globulus
no tiene hojas o frutos apetecibles para nuestra fauna ni tampoco ofrece
sombra donde cobijarse. Sólo las abejas se han adaptado, aprovechando
el nectar de las flores para producir una estupenda miel.
La
macrofauna del suelo (lombrices fundamentalment) también está
reducida (Pintos, 1979) incidiendo directamente en la remoción de
tierra y en la aireación de los horizontes superficiales. Por otro
lado, la microbiología del suelo también se ve afectada,
registrándose una disminución de la actividad biológica
mientras (Pintos 1979, Bará 1985, Calvo 1992).
Las
consecuencias de esta diminución de diversidad en los suelos son:
*una menor calidad y cantidad de materia orgánica, al eliminar a
especies formadoras de humus favorable y retirarlas del sistema.
*una estructuración de menor calidad en los horizontes superiores
por disminución de la macrofauna.
*un enlentecimiento de los procesos de descomposición de la hojarasca
y de mineralización de la materia orgánica, por la reducción
cuantitativa y calitativa de las microflora y microfauna.
Efectos
sobre la erosión.
Los
eucaliptos pueden llegar a causar serios problemas de erosión en
los suelos. Estos procesos erosivos son muchas veces consecuencia de una
falta de planificación y/o conocimientos a la hora de realizar las
plantaciones.
Las
labores propias de la siembra del eucalipto implican una retirada previa
de la vegetación autóctona ya que los jóvenes brotes
son bastante sensibles a la competencia. Por otro lado, el tránsito
de maquinaria pesada para el aterrazamiento, puede causar considerables
cambios en las propiedades físicas del suelo, incrementando la compacidad
y, por tanto, reduciendo la porosidad y la capacidad de infiltración
del agua en el suelo. Estos primeros momentos, sobretodo si es la época
húmeda y las lluvias son abundantes, son especialmente críticos
por la alteración de los horizontes más superficiales del
suelo y la falta de vegetación capaz de fijarlo.
Por
las mismas razones, otro momento crítico para la erosión
son las talas rasas de las plantaciones, cuando el suelo queda de nuevo
al descubierto y las máquinas vuelven a hacer su aparición
para llevarse el “botín de la madera”.
Al
margen de estas consideraciones, hay suelos más erosionables que
otros. En concreto, los suelos de terra fusca sufren especialmente los
procesos erosivos y se ven muy afectados por las plantaciones de eucalipto.
En estos suelos el horizonte Bt está totalmente saturado de iones
Ca++(y Mg++) y la arcilla está floculada. El agua de lluvia, con
un pH relativamente ácido (y algo más de lo normal cuando
atraviesa la hojarasca del eucaliptal), reacciona con la roca caliza cuando
contacta con ella provocando una brusca subida del pH (hasta valores de
10). En estas condiciones las arcillas se peptizan formando una película
barrosa que actúa como un espejo deslizante sobre el que, literalmente,
el suelo se desliza ladera abajo. Es un proceso de erosión acelerado
y para volver a formarse el suelo harían falta miles de años.
Por
todo lo expuesto anteriormente, las plantaciones de eucalipto no son nada
favorables en los terrenos con una cierta inclinación y, en cualquier
caso, se podrían mitigar parte de los procesos erosivos con una
eliminación sólo parcial de matorrales en las parcelas y
con talas escalonadas y selectivas donde se vayan retirando los árboles
progresivamente.
BIBLIOGRAFÍA
-2º
Inventario Forestal Nacional 1986-1995.(1992) Principado de Asturias. Asturias.
ICONA
-Atlas
de España II. Ed. El País-Aguilar.
-Actas
de las Jornadas sobre el Eucalipto celebradas en Huelva.(1978).Ed. PSOE,
Huelva.
-Bará
Temes, S.,Riguero, A., Gil, M.A., Mansilla, P., Alonso, M. (1985). “Efectos
del Eucalyptus globulus en Galicia. Estudio comparativo con P. Pinaster
y Q.robur”..INIA, Madrid.
-Brady
-Calvo
de Anta, R.Mª (1992). “El Eucalipto en Galicia. Sus relaciones con
el medio natural.”. Universidad de Santiago de Compostela.
-Calvo
de Anta, R.Mª., Paz González, A. Y Diaz-Fierros Viqueira, F.
(1979). “Nuevos Datos sobre la Influencia de la Vegetación en la
Formación del Suelo en Galicia (II)”. An. Edaf, y Agrob. nº
9-10. Madrid.
-De
la Lama Gutierrez,G. (1976). “Atlas del Eucalipto”. INIA. ICONA, Sevilla.
-FAO
(1981). “El eucalipto en la repoblación forestal”. FAO-Montes, Roma.
-Guerra,
A. Comunicación personal.
-Guerra,
A. (1962) Mapa de Suelos de España . E. 1:1.000.000. Península
y Baleares. CSIC Instituto Nacional de Edafología y Agrobiología.
-Guitián
et al.(1985). “Suelos Naturales de Asturias”. CSIC. Instituto de Investigaciones
Agrobiológicas de Galicia, Santigo de Compostela.
-Mapa
de Cultivos y Aprovechamientos. E. 1:50.000. Hoja 31: Ribadesella. Ministerio
de Agricultura, 1979.
-Mapa
de Cultivos y Aprovechamientos. E. 1:50.000. Hoja 32: Llanes. Ministerio
de Agricultura, 1983.
-Mapa
Geológico de España. E. 1:50.000. Hoja nº31. Ribadesella.
IGME.1986, Madrid.
-Mapa
Geológico de España. E. 1:50.000. Hoja nº32. Llanes.
IGME.1981, Madrid.
-Montero
de Burgos,J.L.(1990). “El Eucalipto en España (Comentarios a un
problema)”. Serie Técnica. ICONA.
-Montero
de Burgos,J.L. y Montero de Juan, J.L. (1984). “Contribución al
estudio comparativo de diagramas bioclimáticos del eucalipto en
Australia y España”. ICONA
-Montoya
Oliver, J.M. (1995). “El Eucalipto”.Ed. Mundi-Presa, Bilbao
-Noriega
Iglesias, J.I. (1987). “La crisis económica propició la introducción
del eucalipto en Cantabria” en Quercus nº 24
-Pintos
Mouiños, MªE. (1979). “Estudio comparativo de los suelos bajo
eucaliptales y otros tipos de vegetación en la zona costera de la
rpovincia de Santander”. Tesis.
-Poore,
M.E.D. y Fries, C. (1987). “Efectos ecológicos de los eucaliptos”.
FAO-Montes, Roma.
-Rivas-Martínez,S.(1986).
“Mapa de las series de Vegetación de España” ICONA
-Ruiz
de la Torre, J. (1979). “Arboles y arbustos de la España peninsular”**
-Saiz
de Omeñaca, J.A., Gomez Martínez,D., Reimat, M.J., Saiz de
Omeñaca, M.G., Solar, M., Martín Hernández, A. Saiz
de Omeñaca,J.A. (1993). “Análisis Sociológico de la
opinión entre la población rural de Cantabria sobre el impacto
de las plantaciones de eucalipto “. Invest. Agrar. Sist. Recur. For. Vol.
2 (1).
Joan
Sisa para EcoAldea
Fitoterapia
y Natura