Estimado
amigo:
Quizás no pueda ser muy útil como la terapia en sí sobre
los delfines, pero si que puedo hablaros sobre una experiencia personal que
tuve con ellos y un niño disminuido psíquico con alto nivel de esquizofrenia
aguda.
Los delfines tiene en sí una alta capacidad de captar el problema, el
dolor o la disfunción en un organismo. No se sabe si es a causa de su sonar,
o de su percepción extra sensorial que según se cree esta íntimamente
relacionado con el mundo de las energías y los mundos de la sensibilidad
sutil.
Se han hecho
estudios y experimentos científicos que demuestran que si se acerca un delfín
a un paciente sumergido dentro de la piscina de un delfín, estando esta
persona afectada de algún tipo de problema (ya sea un tumor, cáncer, o algún
problema similar), el delfín no solo detecta el problema, sino que se acerca
a la persona enferma y le toca con su hocico exactamente en el sitio y en la
zona afectada, e incluso situando el problema por la zona prona o supina del
afectado.
También se han
demostrado resultados favorables en los trastornos psico-pedagógicos en niño
pequeños, esta investigación o terapia tuve la suerte de poder estar
presente y poder comprobar in situ los maravillosos resultados que un delfín
produce en estos niños. Al niño se le sumerge en una cala del mar en compañía
de cuatro delfines (dos machos y dos hembras) y se deja que la madre
naturaleza trabaje por si misma, siendo la gran capacidad y sensibilidad del
delfín, además de la inocencia del niño las mejores armas de esta curación.
Este maravilloso lugar esta situado en la costa de Cadaqués en Gerona, en
cuyo recinto hay varias plataformas flotantes para ayudar el acceso de los niños
que se sumergirán con los delfines.
Tuve la suerte de
encontrarme con un caso que no solo me hizo mucha ilusión, sino que fue capaz
de sacar de mi un sentimiento muy especial hacia los delfines, ya que viendo
estas cosas descubres el alma de los defines.
Este niño tendría
unos siete años, con un elevado grado de esquizofrenia y de agresividad
(estos datos serán importantes para poder descubrir el buen hacer de los
delfines), y tuve la suerte de coincidir con él fuera de los delfines y
corroborar el alto estado de nerviosismo de este niño. El niño fue acompañado
hasta la cala por dos monitores, encargados del buen estado de nuestro amigos
los delfines, lo introdujeron en el agua y empezó a surgir el milagro de los
delfines. Los delfines al principio no se acercaron, pero poco a poco se
situaron alrededor del niño y comenzaron a bailar y a tranquilizarle, el niño
a todo esto dejo sueltas las facciones de su cara y comenzó a reír y a
disfrutar con ellos. Los delfines realizaron unos saltos y unas piruetas
alrededor del niño, pero todo ello sin salpicar ni levantar ni una sola gota
del mar, como si estos seres maravillosos tuvieran conciencia del trabajo y de
la labor que estuvieran realizando. Por supuesto cuando el niño fue extraído
del mar volvió a comportarse igual que antes de ser introducido en el agua.
Comentaros también que los delfines reciben alimento de sus cuidadores tanto
si trabajan como si no quieren acercarse a los niños.
Os puedo asegurar
que la sensación de paz y de tranquilidad que irradian estos animales es una
sensación irrepetible y que hasta ahora no he podido repetir en ningún otro
momento. Estos animales son maravillosos, aunque para mi ya no son animales,
sino que son como hermanos del alma que son capaces de descubrir tanto
nuestros sentimientos como inquietudes en todo momento.
Todos tenemos un
alma gemela y creo que la mía esta en lo mas profundo de la inmensidad del océano,
y cada vez que voy a la costa miro a lo lejos de la inmensidad del mar,
esperando la visita de ese ser tan espacial: EL DELFÍN.
Un saludo Delphy
Delphy para Ecoaldea.com