Aunque
este tipo de información nunca ha sido facilitada por las empresas
tabaqueras y éstas siempre se han bloqueado cualquier estudio al
respecto, se han encontrado en el humo de un cigarro componentes
utilizados en pesticidas, productos de limpieza, drogas, …. El cigarro
siempre ha sido adulterado por los fabricantes a fin de multiplicar los
efectos de la adicción.
Los
cigarrillos modernos tienen mucho más que tabaco. Contienen, por
ejemplo, nicotina, una droga altamente adictiva y que se encuentra en
forma natural en la planta del tabaco. Esta droga se maneja con mucha
precisión para aumentar su adicción, además se mezclan cientos de
aditivos que van desde endulzantes hasta compuestos amoniacales, todo
esto, casi siempre, sin controles gubernamentales, ni pruebas de
laboratorios, reportes o vigilancia. Aunque las compañías tabacaleras
por lo general alegan que muchos de los aditivos que usan están
aprobados para el consumo humano, no mencionan que al someterlos a
altas temperaturas, las propiedades químicas de los mismos se alteran,
haciéndolos en consecuencia, potencialmente tóxicos y/o activos desde
el punto de vista farmacológico.
Prácticamente
la totalidad del consumo actual se realiza mediante la inhalación de la
combustión de los productos del tabaco. En el extremo del cigarrillo
que se está quemando se alcanzan temperaturas próximas a los 1000 ºC,
lo que transforma numerosos componentes originales de la planta y
genera complejas reacciones químicas que dificultan la identificación
completa de todas las sustancias que existen o se generan en el proceso
de fumar.
Las temperaturas que
alcanza un cigarro, además de alterar químicamente ciertos componentes
del tabaco, lesionan seriamente el sistema respiratorio:
Hasta
ahora se han reconocido cerca de 5.000 elementos químicos tanto en la
fase gaseosa como en la sólida o de partículas del humo del tabaco. Es
bastante diferente la composición de la corriente principal que aspira
el fumador y la secundaria que se escapa del cigarrillo al ambiente.
Muchas sustancias nocivas presentes en el humo están más concentradas
en esta corriente secundaria (monóxido y dióxido de carbono, amoniaco,
benceno, benzopireno, anilina, acroleína y otros muchos), lo que
incrementa la toxicidad de la atmósfera que genera.
Te invitamos a conocer las tablas con los niveles de unos pocos componentes de un cigarro [accede...]. Además, aquí te desarrollamos los efectos y características de sólo algunos de los componentes de un cigarro:
NICOTINA
La
nicotina de las hojas de tabaco es el principal ingrediente adictivo de
los cigarrillos. Se deposita en los pulmones del fumador en forma de
una potente mezcla de partículas y gases. La nicotina es rápidamente
absorbida en la sangre y llega al cerebro aproximadamente en 10
segundos. Es en este punto en el que los receptores cerebrales producen
la sustancia química denominada dopamina. Según los estudios
realizados, se ha detectado nicotina en fumadores en todos los tejidos
del cuerpo, incluso en la leche materna.
El
cerebro se habitúa rápidamente a recibir dosis regulares de nicotina y
a sufrir síntomas de abstinencia cuando dicho suministro se interrumpe.
Por otro lado, la nicotina estimula el sistema nervioso central,
incrementando el ritmo cardíaco y la presión arterial, lo que produce
un mayor consumo de oxígeno.
Este
estímulo nervioso se plasma en un aumento del metabolismo del
organismo, afectando a la nutrición del fumador, pues se comporta como
un anoréxico, disminuyendo la sensación de hambre y estimula la
secreción de la adrenalina.
DIÓXIDO DE CARBONO Y MONÓXIDO DE CARBONO
El
monóxido de carbono es un gas incoloro de elevado poder tóxico que se
desprende durante la combustión del tabaco y el papel del cigarrillo.
Constituye del 3 al 6% del humo inhalado.
El
aire tiene una concentración de 1 a 30 partículas de monóxido de
carbono por millón (p.p.m.), los escapes de los automóviles las elevan
de 30 a 800 (p.p.m.).
En
comparación con en CO de una ciudad y su polución generada por
industrias y coches, el monóxido de carbono del cigarro incide más
destructivamente en el organismo porque el humo entra en su totalidad
en el sistema respiratorio. El nivel de CO del humo de un cigarro es
similar al de una gran ciudad con mucha contaminación:
Una
de las particularidades más peligrosas consiste en que la hemoglobina
es 250 veces más ávida de CO (monóxido de carbono) que de O2 (oxígeno),
produciendo el compuesto de carboxihemoglobina en la sangre.
El CO interfiere en el transporte del oxígeno por la sangre y su
depósito en los tejidos, lo que produce hipoxia, agravando la
vasoconstricción causada por la nicotina.
El
dióxido de carbono se aferra, también, a la hemoglobina en la sangre
con más facilidad que el oxígeno. Esto hace que la sangre transporte
menos oxígeno por todo el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de trombosis.
ALQUITRÁN
El
alquitrán es un término colectivo que se utiliza para miles de
sustancias químicas que se desprenden en el humo del cigarrillo,
incluidos el arsénico y el cianuro. Asimismo, el alquitrán es la
sustancia amarillenta y pegajosa que mancha los dientes y dedos de los
fumadores, depositándose asimismo en los pulmones.
Fumar
entre 20 y 60 cigarrillos diarios, ya sean normales o bajos en
alquitrán, provoca una acumulación anual de alquitrán en los pulmones
cercana a los 500 gramos. Dicha sustancia es la responsable de la
mayoría de las lesiones pulmonares provocadas por el tabaco a los
fumadores.
GAS CIANHÍDRICO
El
humo visible es tan sólo el 5-8% del total de lo que se produce al
consumir cigarrillos. El resto está compuesto de gases invisibles,
entre los que se incluye el gas cianhídrico. Este gas venenoso también
reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno. Otro de los
gases invisibles, la nitrosamina, daña las células de los tejidos y
puede producir tumores malignos. El humo de los cigarrillos también
contiene sustancias que pueden producir mutaciones genéticas que se han
relacionado con el cáncer de pulmón
AMONIO
El
amonio se utiliza para cristalizar la nicotina, un proceso similar al
que se hace para convertir el polvo de cocaína en crack. El amonio
acelera la dispersión de la nicotina cristalizada al aumentar el pH (la
alcalinidad) del humo del tabaco, lo que modifica la composición
química de la nicotina con el fin de que sea más rápidamente absorbida
por el organismo. El objetivo es potenciar el efecto de la nicotina.
AZÚCAR
El
aditivo más común del tabaco es el azúcar en sus diferentes
modalidades. El azúcar representa en torno al 3% del peso total de un
cigarrillo. Cuando se enciende un cigarrillo, los azúcares empiezan a
arder y producen una sustancia química denominada acetaldehído, que
refuerza el efecto adictivo de la nicotina.
SALES DE ÁCIDOS ORGÁNICOS
CACAO
El
cacao contiene una sustancia química llamada teobromina, que potencia
la dilatación de las vías respiratorias. Este efecto broncodilatador
hace que el fumador respire con mayor profundidad de manera que las
caladas contengan mayor cantidad de humo y nicotina. También puede
añadirse mantequilla de cacao, pues se piensa que disminuye la aspereza
del humo y crea, tal y como dijimos anteriormente, una experiencia
mucho más suave al fumador.
PIRIDINA
La
piridina actúa como un depresor del sistema nervioso central. Funciona
al igual que la nicotina con el fin de potenciar los efectos adictivos
de fumar.
CHOCOLATE Y MIEL
Aromatizantes
como el chocolate y la miel ayudan a disimular el amargor de la
nicotina. El sabor dulce hace que el cigarrillo sea más agradable para
el fumador.
MENTA
Sin
los aditivos, el humo del tabaco no sólo sabe mal, sino que es
extremadamente irritante para la garganta. El mentol adormece la
garganta de manera que el fumador no pueda sentir el efecto abrasivo
del humo. De este modo, la reacción natural del cuerpo ante una
sustancia irritante queda anulada.
REGALIZ
Al
igual que el chocolate y la miel, el regaliz es uno de los
aromatizantes más efectivos en los cigarrillos. Según la BAT, la
Asociación Británica de Productores de Tabaco, el regaliz produce una
nota de sabor dulce que refuerza la calidad final del producto.
Dichos
potenciadores cualitativos del sabor juegan un papel vital en el
enmascaramiento del mal sabor del tabaco de mala calidad. El regaliz
también dilata las vías respiratorias, ayudando al fumador a aspirar
mayor cantidad de humo en una sola cala
RELLENO
Los
cigarrillos contienen minúsculos trozos de hoja de tabaco, pero la
mayoría del relleno proviene de los tallos y otros desechos de la hoja.
Dichos rellenos, como hemos visto, son mezclados con agua,
aromatizantes y otros aditivos. Algunas marcas tienen más relleno que
otras siendo el cigarrillo menos denso cuanto más relleno contiene (en
estos casos es menor la cantidad de nicotina desprendida).
PAPEL
El
tipo de papel usado como cilindro del cigarrillo tiene efectos en la
fuerza del mismo. Cuanto más poroso es el papel, más aire permite pasar
para la combustión del cigarrillo, lo que diluye en mayor medida el
humo. Este hecho también influye en la disminución de las cantidades de
alquitrán y nicotina que son inhaladas.
FILTROS
Los
filtros, hechos de acetato de celulosa, retienen parte del alquitrán y
del humo antes de que éstos lleguen a los pulmones del fumador.
Asimismo, también enfrían el humo y lo hacen más fácilmente inhalable.
Los cigarrillos con filtro y bajos en alquitrán (con agujeros de
ventilación en los laterales de los filtros) fueron desarrollados por
la industria tabaquera con el objetivo de proteger la salud de los
fumadores.
Nuevamente las
tabaqueras mienten y las evidencias sugieren que los cigarrillos bajos
en alquitrán no implican que el fumador inhale dosis más bajas de
nicotina. Parece que los fumadores "compensan" dicho efecto de dilución
de la nicotina mediante la inhalación más profunda o frecuente del
humo.
Las últimas prácticas
de las tabaqueras se encaminan a mejorar un sistema de micro-agujeros
perforados en la zona del cigarro cercana al filtro. A través de estos
agujeros cierta parte del humo quedaría liberado antes de ser inhalado
por el fumador.
La realidad es
otra: ponemos de manifiesto el verdadero motivo por el que se han
diseñado los filtros con micro-agujeros de ventilación (completamente
imperceptibles al ojo humano): al encontrarse cerca del filtro, gran
parte de los agujeros son tapados por los dedos del fumador al sujetar
el cigarrillo cuando da una calada, ello implica que éste inhale una
dosis mucho mayor de las sustancias tóxicas del tabaco