Si alguien no cree en los milagros, que observe la germinación de una semilla y su posterior crecimiento. Algo tan minúsculo como una grano de mostaza puede convertirse en un gran árbol, una sola semilla o pipa de girasol nos ofrece una gran planta y multiplica esa semilla o pipa por muchísimas más. Ningún banco mundial da tantos intereses y a tan corto plazo. La naturaleza es así de generosa con el hombre, pese a los tratos que recibe de él. Las semillas han sido estudio de los grandes científicos presionados por las grandes empresas de la alimentación mundial para poder controlarlas y modificarlas, incluso genéticamente, con el fin de poder llegar a producir más cantidades de cosechas y padecer menos enfermedades. En vez de solucionar las enfermedades y atacar de raíz el problema, el hombre con toda su sabiduría, acaba siempre encerrándose en sus laboratorios, jugando con la propia genética animal y vegetal y jugando a ser Dios, ignorando los resultados a largo plazo de tan endemoniados experimentos. Probablemente habrás oído hablar de las semillas transgénicas o de las semillas híbridas. El fin de todas estas chapuzas no es más que el negocio y control de las semillas a nivel mundial, de manera que el agricultor siempre dependa de la compra de éstas a las grandes multinacionales. Incluso los gobiernos se compinchan entre ellos para catalogar las variedades aptas y legales que se pueden cultivar en caso de explotación agrícola o de invernaderos. Veamos lo que se dice sobre la ingeniería genética:

    La Ingeniería genética permite el acceso y manipulación directa de los genes rompiendo las barreras impuestas por la divergencia genética. Esta tecnología nos permite no sólo introducir en una planta genes procedentes de otras especies vegetales sino también de animales y microorganismos. De esta manera se obtienen plantas transgénicas, es decir, portadoras de un gen ajeno o exógeno que se denomina transgén. Para llegar al nivel actual de desarrollo de esta rama de la ingeniería genética vegetal, ha sido necesaria la aportación de los importantes avances en el conocimiento de la Biología molecular de los ácidos nucléicos, y el desarrollo de la técnica del cultivo de tejidos vegetales in vitro. Las plantas transgénicas tienen en potencia múltiples aplicaciones y a continuación se nombran algunas, muchas de ellas con una importante implantación en el mercado agrícola a finales del siglo XX:

    -Incremento de la productividad al proteger los cultivos contra:

    - Plagas
    - Enfermedades
    - Herbicidas (tolerancia a los herbicidas para eliminar las malas hierbas)
    - Sequías
    - Salinidad elevada del suelo.

    - Regeneración de suelos contaminados por metales pesados con plantas transgénicas tolerantes a concentraciones elevadas de estos elementos.

    - Producción de medicamentos. En 1997 se investigaba la producción de anticuerpos monoclonales, vacunas y otras proteínas terapéuticas en plantas transgénicas de maíz y soja.
    - Retraso de la maduración de los frutos para conseguir dilatar el tiempo de almacenamiento.

    Obsérvese que se menciona como siempre la productividad (el negocio de unos cuantos), los medicamentos (la industria farmacéutica),  la regeneración de suelos contaminados mirando que las plantas los toleren en vez de buscar soluciones a dichas contaminaciones, el retraso de la maduración de los frutos, con el objetivo de prolongar su almacenamiento (intereses económicos)... ¿Y la salud? ¿Y la calidad de los alimentos?. Sencillamente no figura ni se contempla, no interesa.

    Hay muchas cosas que el consumidor desconoce, hay muchos crímenes que se cometen contra la tierra y cuando aparecen unos cuantos ecologistas protestando por ello, la gente no le da importancia, pues al fin y al cabo con ir al supermercado y tener al alcance de la mano todo un sinfín de verduras y frutas majestuosas y de colorines ya tenemos suficiente. Las semillas son el futuro de la humanidad en cuanto a alimentación, son la esencia de todo hortelano para crear sus propias verduras. A partir de una semilla se genera riqueza y recursos autosuficientes con la ayuda de la tierra y otros elementos de la propia naturaleza. Así que desde aquí te animo a que no compres las semillas tratadas, manipuladas por la ciencia. Para que lo entiendas mejor, te diré que si tu adquieres unas semillas de tomate híbrido por ejemplo, tendrás unas buenas tomateras y probablemente te producirán más tomates, pero no podrás dejarlos madurar para hacer tus propias semillas para el año que viene, tendrás que comprarlas de nuevo, y muy caras por cierto. Eso es lo que quiere el comercio mundial de la alimentación: el control absoluto de lo que siembra el agricultor. Conozco un caso reciente de un amigo en Francia que no pudo sembrar para comercializar ciertas variedades de tomates y pimientos porque no estaban catalogados gubernamentalmente. Y eso que eran semillas puras y de origen remoto. En la actualidad, existen bancos de semillas biológicas que se dedican a salvaguardar especies y protegerlas con el fin de que no desaparezcan con esta política de los gobiernos.

    Hay que tener en cuenta que algunas especies se siembra a partir de semillas y otras a partir de bulbos o esquejes.

    Una vez has adquirido semillas de confianza, el proceso para obtener las plantas o planteles es el siguiente:

    Hay semillas que se siembran directamente en hileras o a voleo (esparcidas uniformemente por la tierra) y hay semillas que se siembran primeramente en cajones o semilleros o bandejas.

    Siembra en hileras: Este tipo de siembra directa está recomendado para las acelgas, espinacas, rabanitos, zanahorias, nabos, melones, calabazas, sandías, pepinos, judías bajas y altas, garbanzos, habas, guisantes, ajos, maíz.

    Siembra a voleo: con este sistema podemos sembrar acelgas, rabanitos, zanahorias, nabos, habas, guisantes, maiz.

    La diferencia entre ambos sistemas, es que a la hora de cavar es más manejable y fácil el cultivo que se ha efectuado en hileras que el sistema de voleo, el cual es más anárquico en cuanto a la distribución de las plantas y crea más dificultades en la cavada para remover la tierra y sacar las hierbas competentes. Obsérvese que hemos puesto la mayoría de semillas en ambas opciones, y ello es debido a que el hortelano deberá escoger y familiarizarse en la opción que mejor resultado y comodidad le dé. Pongo un ejemplo: hay quien siembra las habas a voleo, pasa el tractor con una fresadora o cultivador y deja que nazcan, y hay quien hace caballones (de los cuales hablaremos próximamente) enterrando semilla a semilla o de dos en dos. Es decir, que ambas opciones son válidas, si bien dependen mucho del tipo de riego que se efectúe y de la estación. Por ejemplo, las habas sembradas en noviembre, apenas requieren riego manual, mientras que las sembradas en primavera si lo necesitan, y por lo tanto sería preferible utilizar el sistema de siembra por hileras o caballones.

     Semilleros: Los semilleros sirven para desarrollar las plantas en un ambiente adecuado en cuanto a temperatura y tierra, para su posterior traslado o trasplante a tierra firme en la huerta. Las especies que están recomendadas con este sistema son principalmente: las cebollas, puerros, tomates, pimientos, berenjenas, melones, sandías, calabazas, puerros, coles, lechugas, maíz.

    Existen bandejas de plástico o de otros materiales ligeros, de diversos tamaños y profundidades, provistas de un número de agujeros para este tipo de siembra. Los planteles efectuados en bandejas, tienen la ventaja de que a la hora de trasplantar los planteles, éstos sufren poco el cambio efectuado, debido a que sus raíces no se alteran o separan de la tierra o substrato, mientras que los planteles efectuados en una cajonera o “parada” deben ser arrancados con cuidado, sufriendo la separación de las raíces de la tierra y por lo tanto tardando más en arraigar en el lugar de siembra definitivo que le hemos destinado.

    La preparación de la siembra en bandejas es la siguiente:

    Mezclar por cada 80 litros de substrato, entre 20 y 40 litros de arena fina. Introducir la mezcla en los orificios de la bandeja presionando levemente para que entre bien hasta el fondo. Con un palo del grosor del dedo, ir haciendo un hueco en cada compartimento. Depositar una semilla en cada agujero. Echar más mezcla, y presionar de manera que quede todo bien liso y las semillas enterradas. Hay que prestar atención a la profundidad de cada especie. Posteriormente depositar las bandejas una encima de otra sin regar, ya que el substrato contiene humedad suficiente para los primeros días.  Estas bandejas las regaremos con regadora provista de  filtro (para que el agua no salga con demasiada presión y estropee los departamentos) a los tres o cinco días después de la siembra.

    Hay que recalcar, que según sea la especie deberemos escoger el tipo de bandeja apropiada en cuanto a profundidad y anchura se refiere. Por ejemplo, no servirá la misma bandeja para las lechugas que para las sandías o calabacines.

    En parada: La otra manera de realizar los planteles más antigua es en parada, es decir en una porción de suelo previamente alisado y drenado con buen humus. El inconveniente de este proceso es que por un lado las plantitas deben ser arrancadas para su trasplante, y por otro la germinación de otras hierbas competentes. Además este sistema requiere de protección en épocas de heladas y de frío para que los planteles proliferen, ya que tenemos que tener en cuenta que muchos de éstos se realizan durante el invierno y primavera.

    Es importante que como horticultor tengas a mano un buen calendario con la fechas aproximadas de la realización de planteles y siembras. Un buen hortelano sabe adelantarse y prepararse para el inicio de la temporada del huerto. Sabemos por ejemplo que para los tomates que se siembran en abril-mayo, deberemos efectuar el plantel en semillero en el mes de febrero-marzo. Resumiendo pues, si queremos adelantar los planteles de diversas especies, deberemos proteger el semillero de las heladas nocturnas y las bajas temperaturas por medio de invernaderos, túneles de plástico, cajoneras o camas calientes.

    He aquí un ejemplo de cómo podéis realizar este calendario:

    PLANTA

    PARTE

    MÉTODO

    SIEMBRA

    NOTAS

    Guisantes

    De semilla

    Voleo o hileras

    Noviembre

    Luna creciente....

    Cajoneras: No son más que simples  cajones sin fondo cubiertos de cristal. En épocas de frío, pueden cubrirse con esteras de paja, retirándolas por la mañana temprano  a fin de evitar el ahilamiento de las plantas, sobretodo si hace sol.

    Principalmente al comienzo de la primavera, es recomendable airear las cajoneras en cuanto tengan sol, ya que el exceso de calor y de humedad afectan más a las plantas que están en cajoneras que el frío.

    Camas calientes: Habitualmente se construyen sobre un montón constituido por una mezcla de estiércol de caballo (en ocasiones mezclado con estiércol de vaca u oveja) y restos vegetales como hojas, hierba... Este montón, al fermentar, proporciona a las cajoneras que se sitúan encima el calor necesario.

    Hay que tener cuidado de que la cama formada por el estiércol quede bien apretada y húmeda, pero sin exceso, puesto que sino no llegaría a calentarse.  Cuanto mayor sea el calor que queramos lograr, mayor será también la proporción de estiércol de caballo que usaremos. En caso de no disponer de él, podemos sustituirlo por estiércol de oveja, mezclado con estiércol de vaca. Otra opción es construirla sin estiércol, mezclando únicamente materia vegetal de fácil fermentación (como hierbas secas) con un abono orgánico de origen animal (sangre en polvo, por ejemplo).

    Una vez preparada la cama caliente, su temperatura alcanzará los 60 ó 70º al cabo de 12 días aproximadamente.  Después la temperatura comenzará a descender progresivamente. Cuando haya alcanzado los 25º C, será el momento adecuado para sembrar o plantar. Conviene proteger los lados de las camas cubriéndolos con estiércol de caballo para evitar el enfriamiento.

    Deberemos mantener controlada la temperatura de las camas (entre 20 y 25º C) con un termómetro  en el mantillo. Si la temperatura sube excesivamente, habrá que abrir un poco las cajoneras durante el día; si baja, habrá que renovar el estiércol de caballo de los laterales de la cama, y colocar esteras de paja por la tarde.

    Empezando con el huerto

    A la hora de ponernos en marcha con nuestro huerto, no debemos asustarnos por nuestra inexperiencia. El huerto debe convertirse en un juego, en una diversión, nunca en una carga o deber. Poco a poco aprenderemos trucos, porque será la propia tierra la que hará de profesor en todas las materias concernientes. Observa cada paso, cada crecimiento, cada proceso. Tu energía se verá reflejada en esos metros cuadrados cultivados y esa conexión entre la tierra, y tú creará el resto, la magia de la creatividad.

    Vamos pues, a ponernos manos a la obra desde cero y a crear un huerto que además de creatividad y ejercicio físico nos suministre alimentos de calidad, sanos y ecológicos. Hemos visto anteriormente como preparar el terreno, como abonarlo y como preparar los planteles, ahora es el momento de ir avanzando y según las fechas y estaciones ir sembrando el máximo de variedades y especies en armonía en nuestro huerto.


    Cultivo en hileras de plantas medicinales con goteo

    En esta fotografía podemos observar el cultivo de varias especies de plantas medicinales en hileras, de tal manera que cada línea es de una variedad distinta. El goteo de cada hilera posee una llave de paso independiente, de tal forma que podemos regar según las necesidades de cada planta, ya que obviamente por ejemplo, no necesitará la misma cantidad de agua el tomillo que la caléndula. Por otro lado obsérvese que la distancia entre cada hilera es lo suficientemente ancha como para permitir el paso de un motocultor (un metro y medio) y así poder remover la tierra enterrando las hierbas competentes cada cierto tiempo. En este tipo de cultivos es importante tener en cuenta que cada planta necesita un suelo especial y sus nutrientes, pero también pueden sembrarse en un mismo terreno si éste es rico en humus y tenemos la posibilidad de tratar individualmente los riegos y abonos. En este proyecto que realicé para un laboratorio homeopático se sembraron salvia, tomillo, caléndula, orégano, manzanilla, eneldo, coriandro, menta piperita, aloe vera, etc. Las plantas de secano o de menos riego como el aloe, tomillo, manzanilla y salvia las puse en un lugar concreto, y por supuesto con sus pasos de llave de riego independiente para regarlas solo en verano cada 15 días. Las variedades de menta, caléndulas, etc las situé en otra zona, y eran regadas por goteo una vez a la semana mas o menos.


Cultivo de judías bajas, acelgas y apio alrededor (J. Sisa, Pirineos)

    En esta foto podemos apreciar un bancal a manera de caballones, en los cuales se han sembrado judías verdes de mata baja (se pueden realizar primero de plantel), y al fondo acelgas, y todo ello rodeado de apio, que resulta excelente para proteger de enfermedades el lugar, al igual que el ajo y la cebolla.

    La primavera

    Con la llegada de esta preciosa y anhelada estación, llega el momento de iniciar los trabajos y cultivos del huerto. Desaparecen las heladas y el frío y los días empiezan a ser más largos de luz solar. No obstante en febrero, deberíamos haber realizado los semilleros para la obtención de planteles de tomates, pimientos, lechugas, coles, etc y de esta manera al llegar marzo-abril tenerlos avanzados. Si no es así, podemos comprarlos en cualquier vivero o mercado, aunque obviamente no serán biológicos casi nunca. Como os decía, la primavera es perfecta para ponerse en marcha. AL llegar marzo tened en cuenta:

    1. Limpieza de bancales y márgenes de hierbas, las cuales enterraremos cavando o pasando el motocultor, preferiblemente en luna nueva
    2. Abonar los espacios que vayamos a cultivar con compost, estiércol bien hecho o abonos granulados comerciales biológicos que encontraremos en centros especializados o viveros. Esparcir bien el abono y luego remover bien con el motocultor, o si se hace a mano utilizar los aperos adecuados como azadas, ganchos y rastrillos.
    3. Separar piedras y ramas que vayan apareciendo en la tierra.
    4. Si tenemos árboles frutales o vid (que ya estarán podados) podemos remover la tierra alrededor de los troncos de cada especie oxigenando bien sus raíces.
    5. Si tenemos sembradas cebollas o ajos de invierno echad cenizas y os daréis cuenta de cuán agradecidas os serán las plantas liliáceas.
    6. Preparad algún bancal aplanándolo bien con el rastrillo, dibujad la distribución del huerto según vuestro gusto, poned la imaginación y la creatividad a trabajar y veréis como las horas del día se os pasan volando. Lo más lógico es que empecemos sembrando en este orden: acelgas, cebollas, coles, patatas, tomates, pimientos, calabazas, calabacines, maíz, sandías, melones, etc. Enseguida explicamos cada especie, como sembrarla y cuidarla.